A nosotros
En este Cali abierto, entregado a los vientos
Repetido en los pasos calientes de la rumba
Repetido en el río que atraviesa los días
En este Cali hemos nacido.
Nosotros
Con el amor detenido en el cambio de un semáforo
Los tantos fantasmas de este Cali disperso
De este Cali revuelto a las seis de la tarde
Hemos vivido aquí.
Donde agosto fue el tiempo paseado de cometas
Y después la ternura «tomados de la mano»
Donde octubre miraba nuestros gritos en coro
El fútbol de la calle
Los besos de prisa.
Contenido
1.POESÍA. A nosotros Por: Elvira Alejandra Quintero
2.CIUDAD Y SENTIMIENTO. Agosto. Por : Jorge Santacruz
3.CREENCIO. Entre y escoja. Por: Jorge Santacruz
4.GENTE.Eusebio Borrero y Costa.
5.LITERATURA.Había estado nevando toda la noche.
6.HISTORIA.Rutas de las conquista
Ruta 1. Pascual de Andagoya, Diego de Almagro y Francisco Pizarro (1515-1529)
Ruta 2. Gonzalo Jiménez de Quesada (1536-1538)
Ruta 3. Sebastián de Belalcázar (1533-1539)
Ruta 4 Nicolás Federmann (1537-1539)
7.ESPACIO PÚBLICO. Parque Versalles.
2.CIUDAD Y SENTIMIENTO
A mi padre
Agosto
Qué pensó señor Covid, ¿qué iba a acabar con los sueños, con los recuerdos, con las tardes y tardes en que se dejaban volar las ilusiones y las fantasías por el cielo? Pobre señor Covid… Usted no sabe lo que es eso. Es como tratar de cambiarle el escudo a la “Divina Divisa” y me refiero a la mecha, ¡con eso no se juega!
¿Creyó que acabaría con el bronceado de la cara puesta al sol, con la sensación del viento en las espaldas, con la mirada puesta en el cielo y el orgullo de llegar más lejos? Usted ni se imagina como es. Aquello… lo de volar es adrenalina pura, es tradición, algo que usted no sabe.
Que va saber de los vientos y las brisas que circulan por el cañón del Dagua o de cualquier región por donde sopla el viento. ¡Qué pena! de eso usted no sabe nada.
O ¿usted sabe que para ello hay que corretear y tener a alguien que la sostenga, o que ese soltar y halar en el tiempo preciso es parte vital para el inicio de la fantasía pura? O tal vez, ¿sabe de las voces de mando? “suéltele que le está pidiendo pita”, “suéltele un poco, no tanto”, “¡hale, hale!, recoja, que no se enrede” … “suelte, suelte; ¡ahí! se acabó” usted que va saber de esas expresiones, o de la famosa “suéltele que le está pidiendo piola”.
O de que si está cabeceando; necesita cola, o tiene mucha o está muy pesada; todo un arte de incipiente ingeniería. De eso usted no sabe nada.
O ¿usted piensa que para escoger como iba a ser su tamaño, diseño y forma, de si zumbaban o no, no era planificado? O ¿no cree que diseñar su estructura, buscar la guadua, cortarla, pulirla y armarla no era una tarea por demás mágica y científica?
¿Usted cree señor Covid que uno se olvida de los momentos en que se compartía con los padres, parientes, vecinos o amigos? o ¿que comprar el papel, moler la yuca, cocinarla en agua caliente para hacer el engrudo y buscar el bijujo para pegar el papel no era ciencia? Ciencia primitiva, pero, aun así; ciencia. Eso era coger y hágale. ¿Cuál Colbón?
¿Y de la piola qué? Para la piola había que comprar las madejas, buscar el palo para envolverla y hacerlo en la justa medida, eso también era un cuento aparte. ¿O que piensa de ello?
¡Ah!… señor Covid por ultimo, le voy a contar dos cosas importantes; La primera, no se necesitaba un lugar especial para hacerlo, cualquier peladero era bueno para ello. Y mejor si se salía con la familia de paseo para llevarla. Y la segunda; era tal ansiedad con que se esperaba que desde el mes de Julio se empezaba a ahorrar, para que cuando llegara agosto con sus vientos y alegría, uno decía: ¡llegaron las cometas!
Ahora no es lo mismo, se acabaron los preámbulos, los sitios son escogidos, y hasta se paga por ellos. Pero las cometas siguen ahí, pura recreación familiar. Usted no venció señor Covid.
Las cometas son como las ilusiones; hay que echarlas a volar.
CREENCIO.
Entre y escoja
4.GENTE.
Eusebio Borrero y Costa
Eusebio Borrero y Costa fue un militar y político colombiano; nacido en Cali el 15 de diciembre de 1790; fallecido el 26 de marzo de 1853 en Kingston, Jamaica. Varias veces candidato a la Presidencia de Nueva Granada. Participó en la Guerra de Independencia desde su inicio en 1810 y hasta la Batalla de Pichincha; posteriormente inició su carrera política en 1824 como intendente del Cauca y parlamentario en varias ocasiones, destacándose particularmente como orador. Fue secretario de Gobierno del presidente Márquez, teniendo fuertes debates en el Congreso contra el general Santander y su partido Progresista, participó en la Guerra de los Supremos en 1840, fue ascendido a General y participó en las elecciones presidenciales de 1841 a nombre de un sector de santanderistas moderados separados del partido Ministerial, pero terminó en el tercer lugar. Aspiró nuevamente en 1845, como candidato de lo que empezaba a convertirse en el Partido Liberal, pero finalizó en el segundo lugar; pese a ello, aceptó ser Secretario (Ministro) de lo Interior y Relaciones Exteriores en el gobierno del candidato ganador, General Tomás Cipriano de Mosquera.
Participó en las revueltas de los esclavista contra el gobierno en 1851 y tras ser derrotado se exilió en Jamaica, donde falleció soltero y sin descendencia.
5. LITERATURA
Había estado nevando toda la noche.
8:00 Me levanto y hago un muñeco de nieve…
8:10 Una feminista pasó y me preguntó por qué no hice una mujer de nieve…
8:15 Hice una mujer de nieve…
8:17 Mi vecina se quejó del voluptuoso perfil de la mujer de nieve diciendo que “cosificaba” a las mujeres e incentivaba el acoso contra la mujer…
8:20 Mis vecinos gay que viven frente a mi casa tuvieron un ataque de furia y protestaron, porque podrían haber sido dos hombres de nieve en su lugar…
8:22 La sobrina transgénero de mi vecina me preguntó que por qué no hacía una persona de nieve con partes desmontables…
8:25 Los veganos al final de la calle se quejaron de la nariz de zanahoria, ya que los vegetales son comida y no para decorar las figuras de nieve…
8:28 Me denuncian, anónimamente, al INDDHH porque la pareja de nieve es blanca…
8:31 El caballero musulmán al otro lado de la carretera exige que la mujer de nieve use una burka…
8:40 La policía llega diciendo que hay un reclamo, alguien ha sido ofendido…
8:42 La vecina feminista se quejó nuevamente de que la escoba de la mujer de nieve debe ser removida porque representa a las mujeres en un papel doméstico y de opresión…
8:43 Un fiscal llegó y me amenazó con iniciarme una causa criminal…
8:45 El equipo de noticias de la TV apareció. Me preguntan si sé la diferencia entre hombres de nieve y mujeres de nieve… Respondo: «bolas de nieve» y ahora me llaman sexista…
9:00 Estoy en las noticias como presunto terrorista, racista, delincuente con sensibilidad homofóbica, empeñado en provocar problemas durante el mal tiempo.
9:10 Me preguntan si tengo algún cómplice…
9:20 Un programa de farándula me hace una entrevista al aire, y me interpelan 6 panelistas y 8 invitados…
9:25 El instituto de los DDHH consigue que me impongan una especie de “bozal legal” para impedir que opine en TV.
9:29 Manifestantes de extrema izquierda, ofendidos por todo, están marchando por la calle exigiendo que me decapiten…
9:32 Grupos feministas me lanzan bolas de nieve y me pintan la casa con la palabra «machista».
9:45 Periodistas de matinales de TV me acusan de reunir gente para adorar Dios en pandemia y quieren que la justicia me encarcele…
9:50 El SII me investiga para saber si el dinero que utilicé para comprar la pala y la zanahoria, lo obtuve de manera legal…
9:55 Organizaciones ecologistas me acusan de contaminar la nieve…
Moraleja: no hay moraleja.
Es sólo el mundo en el que vivimos hoy y que va a empeorar…
6.HISTORIA.
Rutas de las conquista
Ruta 1. Pascual de Andagoya, Diego de Almagro y Francisco Pizarro (1515-1529)
PASCUAL DE ANDAGOYA
(Valle de Cuartango, Álava, 1495 – Cuzco, Perú, 1548) Descubridor español. Fundó la ciudad de Panamá (1519) de la que fue regidor., exploró el oeste de Colombia y fue el primer español que tuvo noticia de las riquezas del reino de los incas, en la región llamada Birú o Pirú (Perú). Fue nombrado adelantado del río San Juan, hecho que lo llevó en 1540 a proclamarse gobernador de Popayán, hasta que en 1542 Benalcázar, como gobernador legítimo, lo destituyó del cargo y lo hizo volver preso a España.
Desterrado en 1529 por Pedro de los Ríos, regidor de Darién que además lo desposeyó arbitrariamente de sus bienes, Pascual de Andagoya se estableció en Santo Domingo en 1530; regresó a Panamá en 1534 como teniente del gobernador Francisco de Barrionuevo. En 1538 recibió el título de gobernador y adelantado de la provincia del río San Juan, que comprendía los territorios entre Perú y Darién. Fundó Buenaventura en 1540 y continuó su labor conquistadora en Cali y Popayán.
En 1541, tras el nombramiento de Sebastián de Benalcázar como gobernador de una parte de los territorios comprendidos en su jurisdicción, Andagoya fue detenido por el propio Benalcázar, que lo envió preso a España, donde intentó inútilmente que la Corona fijara los límites de su territorio. Perdido el gobierno, regresó a América en 1546 junto a Pedro de La Gasca, y fue herido en la batalla de Xaquijaguana y trasladado a Cuzco, donde murió.
Ruta 2. Gonzalo Jiménez de Quesada (1536-1538)
FRANCISCO JIMÉNEZ DE QUESADA
(Granada – España 1509; Mariquita – Colombia 1579) Conquistador y cronista español, descubridor del reino de Nueva Granada (actual Colombia) y fundador de su capital, Santa Fe de Bogotá. Fue soldado en Italia hasta 1530, fecha en que regresó a España y comenzó la carrera jurídica en la ciudad de Granada. Terminados los estudios con gran brillantez, el título de licenciado y su fama de combatiente veterano fueron las llaves que le abrieron las puertas de la Real Cancillería de Granada, donde ocupó un puesto de letrado que acabaría catapultándolo al otro lado del océano.
Su viaje a América
Pedro Fernández de Lugo fue elegido gobernador de Santa Marta, quien no dudó en designar a Quesada para el cargo de justicia mayor y teniente general de la expedición, considerando con acertado juicio que era «hombre despierto y de agudo ingenio, no menos apto para las armas que para las letras». La travesía fue emprendida de inmediato y en 1536 Quesada se encontraba ya en el Nuevo Mundo.
Muchas habían sido las intentonas que desde la costa, ya fuera partiendo de Santa Marta o de Cartagena de Indias, se habían realizado buscando las ricas tierras que seguramente existían en el interior del continente. Todas habían fracasado debido a las dificultades que suponía adentrarse en las abruptas selvas y sortear los impetuosos ríos que las surcaban. Esta fue la misión que, poco después de su llegada, le encomendó Fernández de Lugo a Jiménez de Quesada.
Jiménez de Quesada rodeó la Sierra Nevada de Santa Marta y llegó a Valledupar, pasó a Chiriguaná, Tamalameque y Sompallón. Por el Magdalena llegó a San Pablo y a la actual Barrancabermeja, para seguir a Guachetá, Lenguazaque, Cucunubá, Suesca, Nemocón, Tausa y Zipaquirá hasta arribar a Chocontá y Turmequé. También descubrió a Tunja, Sogamoso, Duitama, Sáchica, Zaquenzipa, la laguna de Tota y el valle de Neiva hasta Altamira, en el Huila actual.
Para ello hubo de afrontar numerosos peligros (plagas tropicales, legiones de mosquitos y ataques de indígenas provistos de flechas envenenadas) y superar además una barrera geográfica hasta entonces infranqueable, la formada por la cadena de los Andes septentrionales.
Fundación de Santa Fe de Bogotá
En el altiplano cundiboyacense, Quesada encontró la civilización artesana y agrícola de los chibchas o muiscas, a quienes sometió apenas sin derramamiento de sangre, sirviéndose más de la razón que de la espada. Además, la labor de los españoles fue facilitada por el hecho de que la cruz era un signo sagrado para los nativos, quienes, como en otros sitios, consideraron a los recién llegados hijos del Sol, dios al que veneraban. El 5 de agosto de 1538, el licenciado Quesada fundó la ciudad de Santa Fe de Bogotá, la que habría de convertirse en la capital del reino de Nueva Granada.
A comienzos de 1539 llegaron a Bogotá dos nuevas expediciones: la de Sebastián de Belalcázar, procedente de Perú, y la del alemán Nicolás Federmann, que había partido de Venezuela. Los tres capitanes estuvieron a punto de entablar una guerra, pero al fin determinaron regresar juntos a España para que el monarca decidiese a quién correspondía la gobernación de Nueva Granada.
A pesar de que todo el mérito correspondía a Quesada y de que él era el único que había actuado legítimamente por orden de un superior (tanto Belalcázar como Federmann lo habían hecho por cuenta propia), el Consejo de Indias resolvió no otorgar a ninguno de los tres el ansiado título de gobernador.
Ruta 3. Sebastián de Belalcázar (1533-1539)
SEBASTIÁN DE BELALCÁZAR
Conquistador español (Belalcázar, en los límites entre Extremadura y Andalucía, ca. 1480 – Cartagena de Indias, abril 30 de 1551). Sebastián de Belalcázar o Benalcázar, cuyo nombre de familia era Moyano, tomó el apellido del lugar donde nació, como era costumbre en la época. Leñador, sus padres fueron labradores de su propia tierra. Tuvo dos hermanos, de los cuales el mayor se hizo cargo de Sebastián, cuando quedaron huérfanos.
Algunos sostienen que cuando Cristóbal Colón se alistaba en Sevilla para emprender su tercer viaje en 1498, Belalcázar se alistó en él y consiguió pasaje para radicarse en Santo Domingo. Otros sostienen que tomó lugar en la expedición de Pedrarias Dávila, y que de Santo Domingo fue al Darién, bajo el mando de Vasco Núñez de Balboa. Viajó a Nicaragua en compañía de Francisco Fernández de Córdoba y, como premio a su labor, fue nombrado alcalde de la ciudad de León, recién fundada.
De regreso a Panamá, Belalcázar resolvió ir a la conquista del Perú; aportó treinta hombres y seis caballos y se alistó con sus amigos Francisco Pizarro, como jefe, y Diego de Almagro. Allí prestó importantes servicios. Organizó una expedición propia, originada en las noticias que le dio un indio en Latacunga (Ecuador) sobre los ritos religiosos que incluían ofrendas de oro, alhajas, esmeraldas y baños de oro, que se arrojaban a las aguas de una laguna, Guatavita. Pizarro, su jefe, se mostraba receloso de este plan; no obstante, Belalcázar salió de San Miguel a fines de 1533. Se internó en la actual provincia de Loja, y después de pasar la cordillera con mucho trabajo, sometió al jefe indio Rumiñahui (o Ramiñahui); llegó a Riobamba y pasó luego a Quito, que había sido quemado por sus habitantes.
El 28 de agosto de 1534 fundó San Francisco de Quito, después de haber fundado Santiago de Guayaquil. En 1536 inició viaje al norte, pasando por las provincias de Pasto y Popayán; pasó por la cabecera del río Grande de la Magdalena y en su reconocimiento de las tierras llegó a Anserma. Regresó a la villa que había establecido Juan de Ampudia, bajo su mando, y la trasladó al valle de Lilí para tener un punto estable entre el interior y la costa del Pacífico, hacia donde quería salir. El 25 de julio de 1536, cimentó la villa de Santiago de Cali y nombró un teniente gobernador, Miguel López Muñoz, en vez de cabildo o ayuntamiento, quien trasladó la villa de Santiago de Cali al lugar en el que hoy se encuentra y se encargó de conformar, en el nuevo sitio, el cabildo.
En diciembre de 1536 Belalcázar fundó la ciudad de Asunción de Popayán. Cuando dejó organizado el gobierno de Cali y Popayán, partió hacia el norte con una nueva expedición, a través de la cordillera Oriental, hasta llegar a la Sabana de Bogotá, donde se encontró con las expediciones de Gonzalo Jiménez de Quesada, que había llegado por el Magdalena, y Nicolás de Federmán, que venía del oriente. Belalcázar le propuso una alianza a Nicolás de Federmán para despojar a Gonzalo Jiménez de Quesada del territorio que había conquistado, alegando que estaba en jurisdicción de Pizarro, invitación que Federmán rechazó. Quesada se negó a acceder a los reclamos de Belalcázar, y después de mediar los capellanes de ambas expediciones, convinieron en ir a España para zanjar sus disputas. En marzo de 1539, Quesada, Belalcázar y Federmán partieron de Santafé, rumbo a la Península.
De allí regresó Belalcázar en 1541, con los títulos de Adelantado y Gobernador Vitalicio de Popayán. En ausencia de Jorge Robledo quien respondía en España a un juicio entablado por Pedro de Heredia, este último se dirigió a la villa de Antioquia por la ruta de Urabá, descubierta por Francisco César, donde pidió rendición al alcalde Pimentel, quien se negó, reiterando que era representante legal de Sebastián de Belalcázar. Mientras tanto, Belalcázar se encontraba en Quito, auxiliando al gobernador del Perú, Cristóbal Vaca de Castro.
Al regresar a Popayán, como Robledo trataba de independizarse, lo declaró desertor; Mandó al capitán Juan de Cabrera a recuperar Antioquia y encargó a Miguel López Muñoz para que fundara una población con el propósito de dominar a las tribus de la región: Santiago de Arma (1542). Cabrera recuperó Antioquia y dominó a los soldados de Heredia, al que puso a disposición de Belalcázar, quien lo envió a Panamá, donde fue juzgado y absuelto por la Real Audiencia. El 5 de octubre de 1546, en la Loma de Pozo, el mariscal Jorge Robledo fue ajusticiado, por la pena vil de garrote, delante de las tropas de Belalcázar y por orden suya, a causa de enfrentamientos por el poder y el control de la futura Gobernación de Antioquia. La viuda de Jorge Robledo y los enemigos de Belalcázar le entablaron un juicio, pospuesto mientras éste colaboraba en la pacificación del Perú. Sin embargo, en 1560, Francisco Briceño, juez de residencia, le ordenó a Belalcázar presentarse a Cali, donde lo suspendió de sus funciones y lo tomó preso. El juicio fue duro y secreto, y su sentencia fue la condena a pena de muerte. Belalcázar apeló al Consejo de Indias, y mediante el pago de una fianza, quedó libre para ir a España.
Enfermó en el viaje por el río Magdalena y murió en Cartagena el 30 de abril de 1551. Pedro de Heredia, aún gobernador de Cartagena y antiguo contendor, le dio cristiana sepultura. y sobre su tumba escribió un sentido epitafio:
«Esta tumba pudo encerrar a Belalcázar, pero no fue poderosa para encerrar su fama: sucumbió a la muerte, que todo temporal trastorna; mas pluma piadosa celebrará sus hechos.»
Ruta 4 Nicolás Federmann (1537-1539)
NICOLÁS DE FEDERMANN
Conquistador alemán (Ulm, antiguo reino de Wüitemberg, ca. 1501 – muerto posiblemente en España, ca. 1542). Nicolás de Federmann (o Federmann, Federmann o Federmann) era alto, robusto y ágil, y lo apodaban «Barba Roja». Realizó expediciones de conquista auspiciadas por comerciantes y banqueros de Augsburgo: los Welser.
El 22 de octubre de 1529 salió de Sanlúcar de Barrameda, y llegó a Venezuela en enero de 1530. Nombrado teniente de gobernador, capitán general y alcalde mayor de Coro, Federmann salió con su primera expedición, el 12 de septiembre de 1530.
Recorrió desde Coro hacia el occidente, por los actuales Barquisimeto, Araure, El Baúl y San Felipe; pero acusado de haber realizado la expedición sin autorización, fue condenado al destierro de las Indias durante cuatro años.
En 1532 Federmann volvió a firmar contrato con los Welser, y en julio de 1534 fue nombrado, por real cédula de Carlos V, para suceder a Ambrosio Alfinger como gobernador de la provincia de Venezuela y el Cabo de la Vela. No obstante, al año siguiente, sin posesionarse aún, fue sustituido por Jorge Spira (o Espira). Federmann y Spira prepararon juntos la expedición, y llegaron a Venezuela en febrero de 1535. En Coro decidieron separarse y organizaron dos grandes expediciones. Federmann siguió hacia el Cabo de la Vela, como teniente de gobernador de Spira, pasando por Maracaibo, pero se devolvió y llegó a los llanos del Casanare, tratando de evadir el invierno. En 1536, probablemente cerca a la desembocadura del río de la Hacha, fundó una población llamada Nuestra Señora de las Nieves.
En los intervalos de buen tiempo, Federmann cazaba indios hasta en la región de Paraguachóa, para usarlos como cargueros. Cerca de Coro había recogido otros, aproximadamente quinientos, a quienes había llevado amarrados al Cabo de la Vela. Esto le valió ser acusado en Santo Domingo, en 1540.
En la defensa, Pedro de Limpias confirmó los cargos, lo que no fue óbice para que lo declararan inocente, y que más bien resume, según José Ignacio Avellaneda Navas, la cruda realidad de la época sintetizada en los siguientes argumentos de la defensa: a) Declara que para poder ir Federmann en seguimiento del gobernador Espira, necesitaba de indios que le sirviesen a él lo mismo que a los soldados; b) que por esta razón Federmann lo envió a que los recogiera donde los encontrara; c) que éstos eran indispensables para «que les lleven e ayuden a llevar los mantenimientos e otras cosas necesarias para las entradas»; d) que «se usa e acostumbran llevar los dichos indios acollarados e aprisionados a lo menos hasta sacarlos de sus tierras, porque si de otra manera los llevasen, se huirían e se quedarían los cristianos sin servido»; e) que «ni herró, ni vendió, ni hizo esclavo alguno de los dichos indios, ni era parte de podello hacer […]»; f) que «ni ha hecho ni consentido hacer mal tratamiento a los indios; antes siempre los ha amparado e defendido e les ha hecho e mandado hacer muy buenos tratamientos».
Aunque ya había sido declarada herética la proposición de que los indios no tenían alma y eran incapaces (1537), aún no se habían promulgado las Leyes Nuevas que los protegían (1542). Federmann prosiguió, entonces, al alto Meta y se ubicó en Nuestra Señora de Fragua para herrar los caballos, reorganizar herramientas y descansar. Llegó hasta el páramo de Sumapaz, bajó siguiendo el río Fusagasugá y arribó a Pasca y luego a Bosa, donde se encontró con enviados de Gonzalo Jiménez de Quesada, quien se había enterado de su llegada. El encuentro fue amistoso y animado por trompetas y tambores, que lo hicieron solemne. Pactaron por diez mil pesos en oro y convinieron en que los soldados que llegaran de Venezuela, tendrían iguales derechos a los del Nuevo Reinó. Federmann no quiso aliarse con Sebastián Belalcázar para’ despojar a Quesada de los territorios conquistados. Hubo desencuentros entre los tres conquistadores, pero pactaron la paz y llegaron en febrero de 1539 a Santafé, en medio del contento de las gentes a su mando, que coincidían más o menos en número y en sacerdotes, aunque no en sus atuendos: las de Belalcázar se ataviaban con seda y grana, las de Federmann usaban pieles, y las de Quesada lucían telas indígenas y mantas. En ese mismo año partieron los tres hacia España; tardaron treinta días en alcanzar la ciudad de Cartagena y llegaron a San Lúcar de Barrameda en julio. Los conflictos religiosos en Europa y la reforma luterana en Alemania hicieron que se prohibiera la entrada de naturales de aquel país a las Indias sin licencia, lo que impidió que Federmann recibiera algún nombramiento. Al parecer, Federmann falleció en Valladolid, España. Según algunas fuentes, al llegar a Europa Federmann se dirigió hacia Gante, donde se encontraba Bartolomé Welser, y como el informe de su gestión no satisfizo a sus jefes, fue encarcelado. En 1541 se le permitió trasladarse a Madrid para defenderse ante el Consejo de Indias, pero murió antes de conseguir su libertad.
7.ESPACIO PÚBLICO.
Parque Versalles
Así se inauguraba el que hoy conocemos como «Parque Versalles» en 1954.
Formó parte de la construcción de una nueva urbanización al norte de la ciudad «Urbanización San Vicente» como parte de las medidas de «La ciudad del futuro» según lineamiento del urbanizador Karl Bruhner que también incluyó la avenida Las Américas y su eje con a nueva estación de Ferrocarril (hoy metrocali).
A un extremo del parque se le dio una forma de «U» simulando en menor escala lo que alguna vez fue el hipódromo que funcionó en esta zona, siendo el primero que tuvo la ciudad: «Hipódromo de Versalles» (1910-1936).
Fue inaugurado con el nombre de «General Eusebio Borrero Costa» quien produjo el primer periódico de la ciudad: La Balanza y protagonista en las batallas por la independencia de Colombia y en cuyo honor se bautizó la cra 15, propietario junto con su hermano de enormes extensiones de tierra desde Salomia, la base aérea hasta el barrio la selva y el Guabal al sur de la ciudad.
En los años 80, se hace una remodelación al parque y en el centro del mismo se ubica un busto del militar chileno Bernardo O’higgins.
Fotografía tomada del diario EL PAIS de 1955.
Redacción: Ricardo Realpe Ramírez para Cali Antiguo.