LEE 149.Un grito, dos batallas y una tragedia.

¡¡¡VIVA COLOMBIA!!!

Contenido.
CREENCIO.  Por: JES
La verdadera fiesta nacional.
Por: Carlos Lleras de la Fuente.
Francisco de Paula Santander
Un grito
¿Realmente el 20 de Julio es el día de la independencia.
Dos batallas.
Antecedentes.
La reconquista española
La Campaña Libertadora
Pantano de Vargas
Monumento
Batalla de Boyacá.
Leyendas populares.
Una tragedia
7 de agosto de 1956 .Una herida que aún no se cierra.

CREENCIO. Por: JES

LEE 149. CREENCIO

La verdadera fiesta nacional.
Por: Carlos Lleras de la Fuente.

La celebración de hoy sí es, dejando de lado la pantomima grotesca del 20 de julio, la fecha de la Independencia.
Un día como hoy, Santander a la cabeza del ejercicio patriota que él había reclutado y entrenado en los llanos, derrotó a Barreiro y a sus españoles, días después de la tremenda batalla del Pantano de Vargas. (Para claridad, es bueno recordar que Bolívar llegó tarde al Puente de Boyacá, pues según los historiadores serios (no Henao y Arrubla) se quedó en la Casona, en Paipa, retozando con alguno de sus efímeros amores).
Los conservadores dedicaron sus esfuerzos, encabezados por Laureano Gómez, a calumniar al Primer Prócer Colombiano, así como nuestros hambreados vecinos se negaron a poner la estatua del colombiano en Caracas, en el parque de los próceres. Bolívar no era un guerrero ni un buen estratega; cuando comandaba personalmente, era derrotado con frecuencia como en las campañas de 1812 y 1815 y, por cierto, en el Pantano de Vargas.
Agreguemos su sumisión a los españoles y la entrega a ellos del gran prócer latinoamericano Francisco de Miranda, pecado que nadie le ha cobrado ni queremos cobrarle a estas horas de la vida, aun cuándo siempre he creído que el 20 de julio se escogió para guardarle las espaldas al Libertador cuyos magníficos escritos, el manifiesto de 1812 y la Carta de Jamaica, lo mismo que su testamento, lo reivindican.

Francisco de Paula Santander

2Prócer de la Independencia, estadista y militar, varias veces presidente de la República, nacido en la Villa del Rosario de Cúcuta, el 2 de abril de 1792, muerto en Bogotá, el 6 de mayo de 1840.
La infancia de Francisco de Paula transcurrió cómoda en medio de las grandes propiedades de su padre, sembradas de café, cacao y caña, al cuidado de numerosos dependientes y esclavos
Auténtico criollo o español americano, en él confluyeron una rica mezcla de razas. Por las venas del general Santander corría aún con fuerza la herencia de dos razas, que empezara en la unión del conquistador español Diego de Colmenares con la hija del cacique de Suba, Ana Sáenz.
La educación de Francisco de Paula se inició en una pequeña escuela privada de la Villa del Rosario de Cúcuta; luego, en la biblioteca paterna, tuvo la oportunidad de ampliar los conocimientos adquiridos a través de las múltiples lecturas realizadas. A la edad de 13 años fue enviado a Santafé de Bogotá, a cursar estudios en el Colegio Real Mayor y Seminario de San Bartolomé, donde aprendió las bases de la teoría e ideas políticas, conociendo a fondo las doctrinas jurídicas y la legislación romana y española. Si la adolescencia de Santander discurrió por entre los claustros académicos y por las calles de la Santafé colonial, su juventud tuvo como escenario campos más aviesos y rudos, consagrado a un ideal político y a una lucha en circunstancias suigeneris que templaron su carácter de colegial hasta transformarlo en joven adusto y circunspecto.
Los sucesos de 1810 lo sorprendieron en el preciso momento en que daba fin a sus estudios, pues el 11 de julio de ese mismo año había presentado su examen público sobre práctica forense. Sólo le restaba ejercer en calidad de pasante al lado de un jurisperito, para recibirse como abogado de la Real Audiencia. La revolución de independencia de las colonias españolas lo sorprendió de colegial, cambiándole en un instante su vida apacible y rutinaria. Siguiendo el ejemplo de sus eminentes profesores, Santander abrazó entusiasmado la nueva causa que se vislumbraba en el horizonte político y cambió su toga de colegial por la capa de guerrero. El 20 de julio de 1810 dijo adiós a los claustros de su colegio, ingresando el 26 de octubre de dicho año como voluntario al servicio militar activo con el grado de subteniente-abanderado del batallón de infantería de Guardias Nacionales, a la edad de 18 años. Desde aquel día lo encontramos inmerso en la maraña bélico-política de las conmocionadas colonias, tomando partido en la confrontación civil entre federalistas y centralistas de la Primera República, y combatiendo el dominio español a las órdenes de Manuel Castillo y Rada y Antonio Baraya Ricaurte.

Un grito

20 de Julio de 1810.

¿Realmente el 20 de Julio es el día de la independencia?

Ver: LEE 146

Según el historiador colombiano Germán Mejía:
«El 20 de julio es un movimiento bogotano, local, y genera un problema inmediato que además tiene pretensiones sobre las otras juntas que se estaban dando en el país. La pretensión consistía en definir lo que iba a ser el territorio de la Nueva Granada. Es el triunfo del centralismo sobre la realidad de las provincias de principios del siglo XIX. Los criollos tuvieron el papel de construir la primera República. El 20 de julio que nosotros entendemos hoy en día es el fabricado a finales del siglo XIX y no lo que sucedió a comienzos de este siglo».
El episodio ocurrido el 20 de julio sintetizó las contradicciones del imperio español: corona- reinos, criollos-peninsulares y finalmente metrópoli-colonias. La independencia de Nueva Granada y sus proyectos estado nación serían supuestamente el resultado y la solución de estas tensiones

DOS BATALLAS.

Pantano de Vargas – Batalla de Boyacá****

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Simón Bolívar

Antecedentes.
Las guerras de independencia de la América española se inspiraron en las de Estados Unidos y Haití, así como en la Revolución Francesa y la anterior insurrección de los comuneros.
La invasión francesa de España en 1808 condujo al derrumbe de la monarquía española bajo el reinado de Fernando VII. La mayoría de los antiguos súbditos del rey Fernando no aceptaron el gobierno de José Bonaparte, quien fue nombrado para el cargo de rey de España por su hermano Napoleón I.
La incertidumbre política a las posesiones españolas en América, incluyendo el Virreinato de Nueva Granada, del cual hacía parte el territorio que hoy comprende a la República de Colombia.
La patria boba:Al período comprendido entre 1810 y 1816 se le conoce como la Patria Boba, caracterizado por los intensos combates entre los independentistas para definir la forma de gobierno que el nuevo estado debería tener.Fue una lucha constante entre federalistas y centralistas, en esta nación apenas en formación y desarrollo, trajo consigo; inestabilidad política y varias guerras regionales y civiles en todo el territorio.
En 1811 la provincia de Bogotá, centralista, se había declarado Estado independiente, mientras las demás provincias se habían reunido en una federación llamada Provincias Unidas de Nueva Granada. Prontamente la forma de gobierno de la Nueva Granada se había vuelto una fuerte disputa y, finalmente, desembocó en guerra a finales de 1812 y nuevamente en 1814. La primera guerra terminó en empate, pero no impidió que Cundinamarca organizara una expedición contra Popayán y Pasto, ambas ciudades realistas. La expedición fracasó y su presidente, Antonio Nariño, fue capturado.
Refugio de Simón Bolívar en Cartagena tras el fracaso de la Primera República(1812).
Revuelta en Cumaná (Venezuela) y en la isla de Margarita y recuperación de caracas por parte de Bolivar y la fundación de la Segunda Republica de Venezuela tras la campaña llamada Admirable.
Recuperación de Caracas y nueva huida de Simón Bolivar.
El gobierno de las Provincias Unidas aprovechó la ocasión —ya que se había alterado el de Cundinamarca— a enviar contra ellos un ejército liderados por Bolívar.
Los realistas de Pasto y Popayán con apoyo de Quito y Perú acababan de tomar Antioquia.
En diciembre, de 1814 Bolívar obligó a Cundinamarca a unirse a las Provincias Unidas tras asediar Bogotá con 1.800 tropas
En enero de 1815 el gobierno republicano fue trasladado de Tunja a Bogotá, y Bolívar recibió el rango de capitán general.
Luchas internas entre los patriotas.

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Pablo Morillo

Pablo Morillo (1815) arribó a la Nueva Granada con una gran fuerza expedicionaria, 18 barcos de guerra, 42 de transporte y 15.000 soldados y marinos, para la Campaña de Pacificación.
Renuncia y dejación de cargos por parte de los dirigentes de Las Provincias Unidas de Nueva Granada ante
la imposibilidad de unificar las fuerzas armadas.

La reconquista española
La reconquista española de la Nueva Granada entre 1815 y 1816 y el período posterior, es conocido como la Reconquista (en América) o como Restauración (en España). Poco después que el rey Fernando VII había sido restaurado en el trono español, en 1813, decidió enviar fuerzas militares para recuperar el imperio americano de España, ahora controlado por las fuerzas criollas.
Francisco de Paula Santander, se retirara a las llanuras del este, cerca de la frontera con Venezuela, tratando de reorganizar las fuerzas política y militar para hacer frente al nuevo peligro.
Bolivar parte al autoexilio a Jamaica el 9 de mayo.dejando el mando en manos de su primo Florencio Palacios.

La Campaña Libertadora
A partir del año 1818 la situación se decantó definitivamente a favor de los patriotas, lo que permitió que Bolívar, desde Venezuela y Francisco de Paula Santander, desde Nueva Granada empezaran a coordinar acciones conjuntas desde sus áreas de influencia que fomentaran una unidad militar.
Ambos habían elaborado un plan en el que Santander debía preparar la provincia de Casanare, unificar a los guerrilleros del sur y dar informes a Bolívar sobre las tropas españolas para iniciar la invasión de la Nueva Granada.
Junto con los preparativos militares también se realizaban acciones políticas importantes del mandatorio. El 21 de enero de 1819 llegaron a Angostura dos buques británicos, el Perseverance y el Tartare con un cuerpo de voluntario que fue conocido como la Legión Británica para apoyar a Bolívar y el 15 de marzo de 1819, el Libertador reunió el Congreso de Angostura, acontecimiento en el que pronunció una de sus mejores composiciones políticas, el Discurso de Angostura, en el que hacía un análisis crítico de la situación, exponía el rumbo a seguir para fundar la República y anunciaba el proyecto de la Constitución que fue promulgada en 1821.800px-Gran_Colombia_1820,_guerras_de_independencia_1821-23Con esto nacía de forma oficial  la República de Colombia, conocida ahora como la Gran Colombia, mediante la promulgación de la Ley Fundamental de Colombia y cuya extensión abarcó en ese momento los territorios de la Nueva Granada y Venezuela que se dividen políticamente en tres departamentos: Cundinamarca (Bogotá), Venezuela (Caracas) y Quito (Quito).
Mientras tanto, Bolívar seguía preparando la invasión militar de Nueva Granada tratando de mantener los detalles de la campaña en secreto por lo que su duración, características, fecha de inicio y alcance eran datos desconocidos, lo cual contribuía a aumentar el factor sorpresa y la imprevisibilidad del ataque.
Morillo estaba al corriente de la llegada de la Legión Británica a Angostura bajo el mando de James Rooke e intuyó que el siguiente paso lógico de Bolívar sería unir fuerzas con José Antonio Páez, destacado líder rebelde de Los Llanos, por lo que tras analizar la situación decidió atacar el principal reducto rebelde neogranadino en Casanare con tropas al mando del coronel José María Barreiro que fueron hostigadas constantemente por las tropas del general Santander mediante tácticas de guerrilla que fueron desgastando a las fuerzas de la Tercera División española.
Debilitamiento de las fuerzas de morillo al no recibir refuerzos.
Bolívar realiza el Paso de los Andes (Pisba), en el que las tropas patriotas avanzaron a través del Páramo de Pisba, hasta dar alcance a los realistas el 25 de julio de 1819 en la Batalla del Pantano de Vargas.

La batalla del Pantano de Vargas.

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Oleo – Batalla del pantano de Vargas

La batalla del Pantano de Vargas fue un enfrentamiento armado que se presentó en el hoy llamado Pantano de Vargas, corregimiento del municipio de Paipa el 25 de julio de 1819, entre las tropas patriotas y las realistas en la campaña libertadora por la independencia de en ese entonces La Nueva Granada ( hoy Colombia, Panamá, Venezuela, Ecuador).

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Juan Jose Rendón

En ella, el ejército granadino-venezolano al mando de Simón Bolívar pretendía cerrar el paso a las fuerzas de apoyo de José María Barreiro que se dirigía a la ciudad de Bogotá. Simón Bolivar y su ejército llegan a donde hoy es el Pantano de Vargas,y se ubica donde hoy es el cerro de Bolívar y algún momento de la acción piensa que la batalla ya esta perdida.
Juan José Rondón le pide que lo dejen dirigir las tropas y Bolívar le dice: «Salve usted la patria». y este con catorce lanceros se lanzan a romper el flanco realista.
Esta carga de lanceros y la ayuda de James Rooke (legión británica), por otro lado,hacen cambiar el rumbo de esta batalla. Después de esto, las tropas realistas huyeron a los Molinos de Bonza en Paipa.
Sin duda alguna esta fue la batalla más sangrienta y radical vista por el suelo colombiano durante la campaña libertadora, gracias a esta, el ejército libertador llegó a Tunja el día 4 de agosto de 1819 y La Gran Colombia pudo gritar libertad el día 7 de agosto de 1819.

Monumento

Monumento a la batalla del Pantano de Vargas. 25 de julio de 1819

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Para la celebración de los 150 años de la independencia, el maestro Rodrigo Arenas Betancourt esculpió los caballos y jinetes en bronce, mientras que la estructura de concreto, acero y bronce fue diseñada por el ingeniero Guillermo Gonzalez Zuleta. Mide 100 metros de largo, 30 metros de ancho y 33 metros de alto, los 15 caballos son de bronce y pesan cada uno casi 2 toneladas,(el monumento más grande de Colombia) ubicado cerca del municipio de Paipa.
La forma del monumento en vista lateral se puede apreciar la forma de una espada, una lanza y una bayoneta, el lancero con la lanza que atraviesa su espalda, es sin duda el sargente José Inocencio Chinca, quien con valor dio la baja al capitán español Ramón Bedoya, y este lo hirió, Chinca siguió luchando herido y falleció tres días después en su pueblo natal.

Batalla de Boyaca.

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Oleo. Batalla de Boyaca. Martín Tovar y Tovar.

La batalla de Boyacá fue la confrontación bélica de la guerra de independencia de América del Sur que garantizó el éxito de la Campaña Libertadora de Nueva Granada. Tuvo lugar el día 7 de agosto de 1819 en el cruce del río Teatinos, en inmediaciones de Tunja. La batalla se salda con la rendición en masa de la división realista, y fue la culminación de 77 días de campaña iniciada desde Venezuela por el Libertador Simón Bolívar para independizar el Virreinato de Nueva Granada.
El sábado 7 de agosto en la mañana, el ejército realista desde Motavita inició su desplazamiento hacia Santafé de Bogotá. Su objetivo era llegar a la capital para unir sus fuerzas con las del virrey Sámano y organizar un frente militar contra Bolívar y el ejército libertador. Escogieron la vía por el puente de Boyacá en el Camino Real, con dirección a la capital del virreinato. Advertido de este movimiento, Bolívar ordenó la marcha de su ejército, también hacia el puente de Boyacá, dispuesto a tomarlo e impedir a José Maria Barreiro (Comandante realista) su desplazamiento hacia la capital neogranadina.

Las dos fuerzas se encontraron en el campo de Boyacá. El ejército libertador estaba conformado por 2.850 combatientes al mando del general Simón Bolívar. La vanguardia patriota estaba comandada por el general Francisco de Paula Santander y la retaguardia, por el general José Antonio Anzoátegui. El general Carlos Soublette era el jefe del estado mayor.

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José María Barreiro

El ejército Expedicionario fue creado en la Nueva Granada. Su comandante era el brigadier José María Barreiro; el jefe del estado mayor, el coronel Sebastián Díaz, y la vanguardia estaba al mando del coronel Francisco Jiménez.

A las 10 de la mañana se ordena impedir el paso por el puente de Boyacá, en el cual confluyen los dos caminos: el de Samacá, utilizado por los realistas desde Motavita y el Camino Real, utilizado por los patriotas.

A las 2 de la tarde la descubierta del ejército patriota, encomendada al capitán Andrés Ibarra con sus jinetes, descendió del boquerón de El Tobal y llegó hasta la Casa de Teja y sus alrededores, donde se enfrentó a la vanguardia realista que estaba en pleno almuerzo. El general Francisco de Paula Santander inició con la vanguardia el combate, y puso en retroceso a la vanguardia realista hasta el puente de Boyacá, donde estaba fuerte en la orilla opuesta del río Teatinos.

En ese momento llegó al campo de Boyacá el grueso de la división de Barreiro por el camino de Samacá y se enfrentó a la retaguardia patriota comandada por el general José Antonio Anzoátegui. En esos momentos llegó a la Casa de Teja el Libertador Bolívar, quien se ubicó en una colina equidistante entre el puente y la casa. Así dice el coronel Antonio Obando en sus Apuntamientos para la historia: «El general Bolívar con nuestra retaguardia siguió el movimiento de Barreiro y se formó un frente al lado opuesto del río». A las 3 de la tarde la acción militar era intensa en dos combates simultáneos: las dos vanguardias en los alrededores del puente y el grueso de los ejércitos en la planicie hacia el camino de Samacá. Las fuerzas patriotas tenían unidad y facilidad en las comunicaciones; en cambio, las realistas estaban incomunicadas y separadas por el Teatinos y la vanguardia patriota.
La batalla terminó a las 4 de la tarde del 7 de agosto de 1819.
Con este enfrentamiento culminó la Campaña Libertadora de 1819, realizada en su corto período de 77 días, desde el 23 de mayo, cuando Simón Bolívar expuso el plan en la aldea de los Setenta ante los jefes del ejército patriota, siguiendo un itinerario militar desde los llanos de Casanare, la cordillera de los Andes y las tierras de la antigua providencia de Tunja, el cual culminó en el puente de Boyacá.
Finalmente Bolívar llega a Santafé de Bogotá donde entró sin resistencia alguna el día 10 de agosto de 1819 a la 5:00 pm.

Leyendas populares.
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Monumento dedicado a Pedro Pascasio Martínez y Negro José en inmediaciones al puente de Boyacá.
La leyenda del niño soldado
Cuenta la leyenda que la mala suerte de Barreiro en tierras americanas quedó sellada esa misma noche de Boyacá cuando un muchacho de 12 años que se encargaba de cuidar los dos caballos del Bolívar, Pedro Pascasio Martínez, acompañado de un soldado llamado Negro José, lo hizo prisionero después de negarse a ser sobornado por las monedas de oro de Barreiro. Por el heroico acto de atrapar al general Barreiro fue ascendido a sargento y se le prometieron 300 pesos.

Una tragedia

7 de agosto de 1956 .Una herida que aún no se cierra
Ver: LEE 104

Explocion 7 de Agosto - Fosa común
Cali. Explosion 7 de Agosto – Fosa común
7 de
Cali. Explosión del 7 de agosto de 1956
Danmificados
Cali. explosión del 7 de agosto de 1956. Damnificados
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Cali. Explosión del 7 de Agosto de 1956. Damnificados.

Lee 147. Cali; error en la cédula.

Homenaje a Cali

CREENCIO. Por: JES
Cali hoy
CALI Mio. Canción  Por: Volney Naranjo
“La muy noble y muy leal” Santiago de Cali.
Escudo de armas.
Error en la Real Cédula
Estatua. Sebastian de Belalcazar
Cali en 1789
Una pequeña reseña histórica a la llegada de los españoles
Papel de Cali en la independencia.

CREENCIO. Por : JES

LEE 147. CREENCIO

CALI HOY

Farallones de Cali

Cali es mio . Canción . Por Volney Naranjo R.

1956 aniversario de cali

“La muy noble y muy leal” Santiago de Cali.

LEE 147 SBsebastian

El 25 de Julio de 1536, conmemoración del Apóstol Santiago, al son de fantasías, tambores y enarbolando el pendón de Castilla, en tierras del aguerrido Cacique Petecuy y a orillas de un hermoso río que rumoroso desciende de la Cordillera Occidental, don Sebastián Moyano, quien se apellidaba de Belalcázar, nombre del pequeño pueblo de Extremadura, antes llamado Gahete, donde había nacido hacia 1480, fundó a Santiago de Cali, Villa y río llevan el mismo nombre, etimología que continúa en el misterio.

Belalcázar, a quien los historiadores describen como ‘labriego, soldado, aventurero, capitán aguerrido, encomendero, adelantado, mariscal, gobernador, alguacil y fundador de pueblos’ había participado a órdenes de don Francisco Pizarro en la conquista del Imperio Inca y fundador de las ciudades de Guayaquil y San Francisco de Quito.

Según la tradición, después de la ceremonia de fundación, en el sitio que hoy ocupa el Beateario y Templo de la Merced, el cura doctrinero don Juan de Ocaña celebró la primera misa y se constituyeron Cabildo, Justicia y Regimiento, quedando como primer alcalde don Pedro de Ayala y regidor don Anton Redondo. Al partir hacia Quito, Belalcázar dejó como su lugarteniente a Miguel Muñoz.

Escudo de armas.

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Dibujo de las Armas de Santiago de Cali que vino integrado en la Real Cédula

Por considerar que en el escudo de armas de la ciudad Santiago de Cali , se narran gráficamente hechos muy importantes de su historia hacemos una referencia a él.
El escudo de armas de Santiago de Cali es el emblema heráldico que durante más de 400 años ha identificado a la ciudad de Santiago de Cali, capital del departamento del Valle del Cauca (Colombia), siendo concedido por la Princesa Juana de Austria Regente de España, a nombre del Rey Felipe II, por medio de la Real Cédula dada en Valladolid el 17 de junio de 1559.
El escudo y la bandera son los principales símbolos de la ciudad, forman parte de la imagen institucional de la administración municipal, por lo cual siempre están presentes en los actos protocolarios, en la papelería oficial, en las obras públicas, etc.
Real Cédula que concede el escudo de armas.

    Don Phelipe por la gracia de Dios Rey de Castilla, de León. de Aragón, de las dos Sicilia, de Jerusalem, de Navarra, de Granada, de Valencia, de Galicia, de Mallorcas, de Sevilla, de Cerdeñiá, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaen, de los Algarbes, de Algecira, de Gibraltar, de las islas de Canaria, del las Indias, islas y Tierra Firme del mar océano, Conde de Barcelona, Señor de Vizcaya y de Molina, Duque de Atenas y de Neopatria, Conde de Rusellón y de Cerdania del mar océano, Archiduque de Austria, Duque de Borgoña, de Brabante y de Milán, etc.

    Por cuanto Francisco Ponce, en nombre de la ciudad de Caly, de la Provincia de Popayán, que es en las nuestras Indias del Mar Océano, me ha sido informado con toda verdad que los vecinos della nos han servido con toda lealtad en lo que se ha ofrecido, como muy leales vasallos, e me suplicó que para que de vuestros servicios y de los vecinos della y de su lealtad quedase memoria, os mandase señalar armas, como las tenían las otras ciudades desa tierra, o como la mi merced fuere; e yo, acatando lo susodicho helo habido por bien. Por ende, por la presente, por os hacer merced, es nuestra voluntad que agora y de aquí adelante esa dicha ciudad haya y tenga por sus armas conocidas un escudo que dentro del tenga siete mogotes de color de tierra; que el de en medio sea más alto que los otros, y a la mano derecha de la parte de abajo esté una ciudad de oro entre dos rios y árboles verdes, y en lo bajo del dicho escudo esté un puerto de mar con una nao, surta a la boca del dicho rio, que sale del dicho mogote y entra en la mar, y con otras naos el dicho (rio) arriba, con unas canoas con sus remos en unas aguas azules y blancas, según que aquí va pintado y figurado en un escudo tal como este, las cuales dichas armas damos a esta dicha ciudad por sus armas y divisa señalada para que las pueda traer y poner y traiga en sus pendones y escudos, sellos y banderas y estándartes y las otras partes y lugares que quisiéredes y por bien tuviéredes, según y como y de la forma y manera que las ponen y traen las otras ciudades de nuestros Reinos a quien tenemos dadas armas y divisas, y por esta nuestra Carta encargamos al Ilustrísimo Príncipe don Carlos, nuestro muy caro y amado hijo, y mandamos a los Infantes, nuestros muy caros hermanos e a los Perlados, Duques, Marqueses, Condes, Ricos Homes, Maestres de las Ordenes, Priores, Comendadores y Encomendadores, Alcaides de los castillos y casas fuertes y llanas, y a los del nuestro Consejo, Presidente y Oidores de las nuestras Audiencias, Alcaldes, Alguaciles de la nuestra casa y Corte, y todos los Concejos, Corregidores, Alcaldes, Alguaciles, Merinos, Prebostes, Veinte y quatros, Regidores, Jurados, Caballeros, escuderos, oficiales y homes buenos de las ciudades, villas y lugares de las dichas nuestras Indias, islas y tierra firme del mar océano, assi á los que ahora son, como a los que serán de aquí adelante, y a cada uno y cualesquier dellos, en su jurisdicción, que sobre ello fueren requeridos, que guarden y cumplan y hagan guardar y cumplir la dicha merced, de que así hacemos a esa dicha ciudad de las dichas armas, que las hayan y tengan por sus armas conocidas y os las dejen como tales poner y traer; y que en ello, ni en parte dello, embargo ni contrario alguno, vos no pongan, ni consientan poner en tiempo alguno, ni por alguna manera, so pena de la mi merced y de cincuenta mil maravedís para la nuestra Cámara a cada uno que lo contrario hiciese. Dada en la Villa de Valladolid, a veinte y siete días del mes de junio, año del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo de mill quinientos y cincuenta y nueve.

        Yo La Princesa

        Yo, Alonso de Luyando, Secretario del Despacho Real de Su Magestad, la hice escrebir por su mandado, y su alteza en su nombre.

Error en la Real Cédula

En la real cédula se constata un error del rey Felipe II: y en lo bajo del dicho escudo esté un puerto de mar con una nao, surta a la boca del dicho río, que sale del dicho mogote y entra en la mar
Este error se debió a que el rey ignoraba totalmente la situación topográfica de la ciudad y la supuso asentada a la orilla del mar.

Estatua

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Cali. Estatua Sebastian-de-Belalcazar

La idea surgió en los años 30 cuando la ciudad iba a cumplir 400 años de fundada. Se le encomendó la obra al escultor español Victorio Macho, quien la realizó en España y posteriormente fue trasladada en barco hasta Buenaventura y de ahí hasta Cali a lomo de mula, para ser posteriormente ensamblada y ubicada sobre un pedestal en el sitio que hoy ocupa.

Una pequeña reseña histórica a la llegada de los españoles

Los valles interandinos de los ríos Patía y Cauca tienen origen en la extinción de un gran lago que desaguo hacia el océano Pacifico por la hoz de Minama y hacia el océano Atlántico por el cañón de la Virginia. Así lo indica la formación geológica. Las dos cuencas se independizaron. Hubo paisajes diferentes y diversos modos de ocupación y aprovechamiento como del espacio.
Las comunidades indígenas situadas en el Valle del Cauca y al norte de la desembocadura del Ovejas, tenían formas de asiento, organización social y cultural Caribe al decir de los conquistadores. Mientras que los aborígenes localizados al sur del río Ovejas en territorio montañoso que comprende desde el alto Cauca , el altiplano de Pubenza , el macizo colombiano hasta el valle de los pastos, presentaban un alto grado de organización y rasgos de una sensible influencia incaica.
El indígena prefirió el piedemonte: le ofrecía una vegetación benigna y fácil acceso al río y a las ciénegas para surtirse de pescado. A lo largo y ancho de los abanicos aluviales que en ambos lados del río constituyeron el piedemonte – se situarán comunidades que, rebasando su condición de recolectoras , tenían como principal cultivo, el maíz, complementado por el frijol, zapallo, batata y yuca dulce. La producción de maíz – realizada con técnica de roza y quema que exigía la permanente rotación de suelos – la recolección de frutas y la caza de especies menores, impusieron a los pocos habitantes indígenas de grandes espacios. La población calculada en 1559, de 14 mil 760 indígenas, cubría todo el territorio del Valle del Cauca en una franja de la ladera, sin avanzar demasiado hacia la cima de las cordilleras y utilizando las ciénagas como fuente alimentaria. Tomado de Memorias musicales del Valle del Cauca. Enrique Millán Gómez

Cali en 1789

Según el riguroso empadronamiento hecho en 1793. El recinto de la ciudad sólo contenía seis mil quinientos cuarenta y ocho habitantes; y de éstos, mil ciento seis eran esclavos.
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En ese año, pues, de 1789, la ciudad se extendía desde el pie de la colina de San Antonio hasta la capilla de San Nicolás, y desde la orilla del río, hasta la plazuela de Santa Rosa.
Casi todos los solares estaban cercados de palenques de guadua, y sólo uno que otro, pertenecientes a los vecinos más ricos, tenían paredes de tapia, aunque muy bajas.
No había empedrados sino al frente de algunas de las casas de la plaza y en algunas calles inmediatas a ella, en la parte de arriba; esta circunstancia hizo que se le diera a ese barrio el nombre de El empedrado. El resto, y todo el Vallano, carecían de ellos.

11235065_824280764323894_4829723470511806244_oEn tiempo de lluvias se formaban en las calles profundos lodazales; pero los caballeros y las señoras usaban altos zuecos de madera, y andaban en ellos por el Iodo con asombrosa agilidad.
Casi todos los solares estaban cercados de palenques de guadua, y sólo uno que otro, pertenecientes a los vecinos más ricos, tenían paredes de tapia, aunque muy bajas.
El gusto en la construcción de las casas está todavía a la vista; las principales tenían una pequeña pieza de alto, con un balcón volado, figurando un corredor con sus gruesos pilares; los alares sin canecillo; las aceras sin embaldosado; las puertas en el interior, en los rincones, a fin de que quedaran espacios suficientes para colocar grandes escaños; una o más ventanas en la sala, voladas, con balaústres torneados, pero generalmente desiguales, unas de otras; el aposento siempre obscuro, porque la única ventana que tenía y que caía a la calle, era pequeña, alta y rasa, para evitar los coloquios posibles entre los mozos y las muchachas en las altas horas de la noche; en la esquina más notable de la sala estaba el aparador, construcción de ladrillo o adobe, con tres nichos en la parte baja en donde se colocaban las tinajas de barro cocido, con dibujos en relieve; y una gradería de los nichos para arriba en donde se colocaba la vajilla y la loza de China.

En la esquina exterior de algunas casas del centro de la ciudad, había un nicho en la parte alta de la pared, y en ese nicho, la imagen de un santo, a veces en estatua; allí se encendía un farol todas las noches.
881969_428379407247367_456469406_oEl río no tenía puente permanente. Cada año se hacía uno de madera y guadua un poco más abajo de la Ermita, que las crecidas, al entrar las lluvias, se llevaban por Él tenía entonces doble cantidad de agua de la que hoy tiene, y no había sino tres puntos o pasos por donde era fácil vadearlo; en el resto de su curso, llevaba rápida corriente y tenía mucha piedra.
Los habitantes de Cali estaban divididos en tres razas; blancos, indios y negros; o sea; europeos, americanos y africanos. De éstas resultaban las siguientes variedades; el mestizo, hijo de blanco en india; el mulato, hijo de blanco en negra o viceversa; y el zambo, hijo de negro en india, o de indio en negra.
Los blancos de la raza española tenían para sí todos los privilegios y preeminencias; después de éstos, los más considerados eran los mestizos, que hacían alarde de descender de españoles; a éstos se les daba el nombre de montañeses. Los demás eran iguales en la humildad de la categoría; pero la del esclavo era, como es claro, la más triste. Los plebeyos que no eran mestizos, eran llamados monteras.
No había médicos facultativos; los frailes, especialmente los de San Juan de Dios, hacían el oficio de tales. Había una o dos boticas, en que se vendían tres o cuatro ungüentos, cuatro o cinco purgantes, y nada más. Si no había médicos, sí había abogados, graduados en Santafé o en Quito, y todos ellos de las principales familias.

No había colegios; los hijos de los pobres solían aprender algo con los frailes. A los colegios de Santafé y de Quito sólo iban los hijos de los nobles, para lo cual se hacían informaciones de limpieza de sangre.
Nadie deliberaba sobre asuntos de gobierno; todo mundo obedecía ciegamente, y el prestigio de la autoridad era inmenso. No pudiendo hacer la guerra al Rey, posibilidad que ni siquiera sospechaban, se la hacían las familias entre sí por las preeminencias de nobleza.
Cali era entonces la ciudad de las palmas; y en esos altísimos y elegantes vegetales anidaban los coclies.
Estas grandes aves formaban allí por las tardes ruidosas algarabías, como las cigüeñas. Ese canto, o ese ruido, han sido siempre grato al oído del caleño; hemos visto a uno de éstos, lejos de su patria, llorar de nostalgia, por haber oído cantar a un coclí.
Estando la ciudad tan ventajosamente situada, el viajero que se dirigía a ella, la alcanzaba a ver desde dos o tres leguas de distancia, cubierta de árboles; sobre los árboles se destacaban las palmas en un gran número y en toda su gentileza; y por entre las palmas se distinguían los blancos campanarios de sus iglesias. Cualquiera hubiera creído tener a la vista una ciudad oriental, tal vez Bagdad, coronada de palmeras y minaretes.

Papel de Cali en la independencia.

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Cali. panorámica

Cuando se conocieron las alarmantes noticias sobre la suerte de la Península Ibérica , en ese momento ocupada por los franceses, Cali no fue ajena al movimiento juntista vivido en toda Hispanoamérica. El 3 de julio de 1810 el cabildo de Cali juró su fidelidad al cautivo Fernando VII y al gobierno de la Regencia , aunque con ciertas reservas, especialmente por las sospechas de ilegitimidad que desde el principio la rodearon, según opinión de los americanos. Precisamente fue el posterior rechazo a esta autoridad peninsular lo que llevó a la fragmentación de la antigua gobernación de Popayán: a inicios de 1811 Cali, junto con las ciudades de Buga, Toro, Caloto, Cartago y Anserma, estableció una confederación que se adhirió a la Junta Suprema de Santafé –que ya había desconocido a la Regencia-. Por su parte, Popayán reafirmó sus votos de fidelidad al gobierno provisional en España, declarando insurrectas a las ciudades del Valle del Cauca y se preparaba para la confrontación militar. El gobierno del Valle se trasladó de Cali a Buga, y solicitó apoyo militar a Santafé, que envió una pequeña expedición al mando de Antonio Baraya.

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Cali. Panorámica

Las fuerzas combinadas del Valle y Santafé obtuvieron un triunfo importante contra Popayán en la acción del Bajo Palacé el 28 de marzo de 1811. Debe tenerse en cuenta que en este primer momento de enfrentamiento militar entre el Valle y Popayán no estaba en juego la independencia frente a la metrópoli, sino uniformar la opinión política en torno al juntismo encabezado por Santafé, lo que aparentemente culminó con el establecimiento en Popayán de un gobierno proclive a la capital del virreinato. Al intentar aprovechar el éxito obtenido, las tropas del Valle del Cauca al mando de Joaquín Caicedo y Cuero y el norteamericano Alejandro Macaulay, marcharon por el valle del Patía hacia Pasto; pero la creciente y obstinada resistencia ofrecida por pastusos y patianos con el apoyo de la realista ciudad de Quito, llevó a la destrucción de estas fuerzas y el fusilamiento de estos jefes.

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Cali. Puente sobre el río Cali

Entre 1812 y 1816 el sur de la Nueva Granada observó un crecimiento en los niveles de violencia, producto de la creciente radicalidad política vivida en el interior, cuando Cundinamarca y las Provincias Unidas desconocieron cualquier vínculo con España. Las tropas de Cundinamarca, el Valle del Cauca, el Socorro, Tunja y Antioquia, primero bajo el mando de Antonio Nariño, y después de Manuel Serviez y José María Cabal, se enfrentaron a patianos, pastusos y quiteños. Mientras Popayán se convirtió en el campo de batalla disputado por ambos bandos, el Valle y especialmente Cali, fueron la retaguardia donde las tropas independentistas se reagruparon después de la derrota de Nariño en Pasto.

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Cali. Torre de San Francisco

El abanderado José María Espinosa recordaba que el Valle estaba cubierto de “campos alegres y bosquecillos agradables a uno y otro lado del camino, que en lo general era llano, sombreado por elegantes árboles y refrescado por aguas puras. Aquel era un paraíso”. Gracias a la posesión de esta retaguardia, los patriotas al mando de Cabal pudieron contener el 15 de julio de 1815 a los realistas en la batalla del Palo, lo que aseguró por cerca de un año la posesión de Cali y Popayán. El posterior triunfo realista en la Cuchilla del Tambo el 29 de junio de 1816, condujo a que el Valle, como el resto de la Nueva Granada , se convirtiera en un depósito de recursos y hombres destinados a la manutención del ejército expedicionario español.

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Cali. calle 1814

Gracias al triunfo de Bolívar en Boyacá en 1819, columnas del ejército libertador marcharon al Sur con el objetivo de ocupar a Popayán y desde allí conquistar Quito; así como ocurrió entre 1812 y 1816, entre 1820 y 1822 el Valle del Cauca fue de nuevo la retaguardia del ejército que quedó estancado en su intento de conquistar a Pasto. El posterior sometimiento de Quito gracias a los esfuerzos de Antonio José de Sucre desde Guayaquil, permitió la ocupación de Pasto y la pacificación del sur de la Nueva Granada , a pesar de las posteriores campañas contra las guerrillas realistas en 1823 y 1824.
Biblioteca Luis Ángel Arango. Cali en 1786

LEE 130.María del Carmen Alvarado. QEPD

La no violencia lleva a la más alta ética, lo cual es la meta de la evolución. Hasta que no cesemos de dañar a otros seres vivos, somos aún salvajes. Thomas Edison

sEPARACIONES

CREENCIO

Por. JES

LEE 130 CREENCIO

lee 125 . qUICENO HIJO DE zEUS

Contenido
CREENCIO – Por: JES
1. CAMPAÑA CÍVICA.
En defensa de la familia. USO RACIONAL DEL MÓVIL.
2. CAMPAÑA AMBIENTAL
3. PERSONAJE
María del Carmen Alvarado. QEPD.
4. OPINIÓN
Desabastecimiento eléctrico. Por: Eduardo Sarmiento.
¿Y usted qué opina?
Ni un centímetro. Por: Ramiro Bejarano Guzmán.
5. NUTRICIÓN Y SALUD
Toxicología. Por: Claudia Helena Zapata
¿Cómo se aprende a ser feliz? Por: María Marín.
6. A PROPÓSITO
Semana Santa
¿Sabe usted los misteriosos secretos que guarda el sótano de la Catedral de Cali?

sEPARACIONES

1. CAMPAÑA CÍVICA.
En defensa de la familia. USO RACIONAL DEL MÓVIL.

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sEPARACIONES

2. CAMPAÑA AMBIENTAL

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sEPARACIONES

3. PERSONAJE 

María del Carmen Alvarado. QEPD
Celebración de vida – Parodiando las palabras de Samira: GRACIAS CADERONA POR PERMITIRNOS ACOMPAÑAR TU CAMINO.

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sEPARACIONES

4. OPINIÓN

Desabastecimiento eléctrico

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Hidroeléctrica del Lago CalimaDesabastecimiento eléctrico

Por: Eduardo Sarmiento – El Espectador – Domingo 20 de Marzo 2016

El racionamiento eléctrico es la consecuencia de una organización privada sustentada en cuantiosos subsidios. El cargo de confiabilidad y la subvención a los precios de los combustibles líquidos no evitaron que el modelo eléctrico del mercado se precipitara en desabastecimiento.
La operación de un sistema combinado de plantas térmicas e hidroeléctricas es bien conocida. El principal requisito es que las autoridades energéticas dispongan de una alta discrecionalidad para conectar las plantas eléctricas en las épocas de abundancia y las térmicas en las de escasez. Si el potencial global de oferta es mayor que la demanda, independientemente de las condiciones climáticas, la plataforma opera sin interrupciones.
En su lugar, se montó un sistema intrincado de mercado en que se privatizaron las empresas y se introducen subsidios para que presten los servicios. De tiempo atrás existe el cargo de confiabilidad para que las empresas térmicas se mantengan en pie y aseguren el servicio en las épocas de escasez de agua. Al final del año pasado se introdujo un nuevo subsidio para compensar la diferencia entre el precio de los combustibles líquidos y el gas. Una vez establecido el subsidio de oferta, las empresas disponen de múltiples medios para eludir los compromisos, como sobrecargar las plantas o postergar las inversiones. Se replica la experiencia del sector salud con las EPS. Los operadores reciben las cotizaciones y contribuciones, y luego ofrecen el mínimo servicio posible.

¿Y usted qué opina?
Ni un centímetro.
Por: Ramiro Bejarano Guzmán – Domingo 20 de Marzo – El Espectador

LEE 130 Mapa de Colombia
Mapa politico de Colombia

No nos queda otra alternativa que la de apoyar a Santos en su determinación de no volver a comparecer a la Corte Internacional de la Haya, después de que esta profirió la decisión injuriosa de admitir las dos demandas de Nicaragua contra Colombia, no importa que no se esté completamente de acuerdo con todo lo que ha sucedido.
Hay momentos en los que hay que deponer las diferencias y suspender las disputas internas, y este es uno de ellos.
En efecto, no tiene ningún sentido que Colombia siga sentada en un tribunal internacional que no está dispuesto en ninguna circunstancia a concederle la razón. Es una aventura quedarse en esa Corte esperando a que en unos años se declare que Nicaragua prácticamente se convierta en vecina de Cartagena, y además que se nos obligue a cumplir otro fallo adverso.
El salvamento de voto de la mitad de los magistrados de esa Corte en uno de los dos casos fallados, es dialécticamente reparador. Esa disidencia al interior de esa encopetada corporación frente a la determinación que sacudió de nuevo al país, demuestra que los planteamientos de nuestro equipo jurídico no son atropellados. Tal parece que Nicaragua, ese pequeño país que en cierta forma aquí menospreciábamos, ha hecho un trabajo laborioso durante muchos años, tan sofisticado que implicó mantener en La Haya durante una veintena de años al mismo representante, quien andando el tiempo se volvió de la casa y contertulio asiduo de esos magistrados que parece odian a Colombia y no están dispuestos a admitir sus razones. En cambio, nuestro país ferió más de una vez la embajada en La Haya, mientras silenciosamente el hombre de Nicaragua hacía de las suyas.

sEPARACIONES

5. NUTRICIÓN Y SALUD

Toxicología

Por: Claudia Helena Zapata

Siguiendo con estos temas del cuidado del organismo en esta ocasión vamos a hablar sobre toxicología.
La toxicología es el estudio, la identificación de los efectos adversos asociados a la exposición a ciertas “sustancias” químicas, físicas y otras.
La bella toxicología ha hecho grandes aportes a todas las disciplinas médicas entre ellas los estudios de investigación, elaboración e interpretación de sus pruebas.
Se divide en toxicología clínica, toxicología forense, toxicología investigativa, toxicología reguladora, toxicológica alimentaria que es la que vamos a aprovechar hoy y se refiere al manejo adecuado de los alimentos desde la producción , el almacenamiento, el transporte y la distribución de los mismos; a mí personalmente una de las cosas que más me gusta de esta, es que nos sirven todos esos datos que ya tienen estudiados, calculados , por un grupo de personas súper tesas, apasionadas por su rama, nos sirve para prevenir enfermedades y aunque este es un tema muy técnico lo estamos poniendo en palabras lo más sencillas posible.
Nuestro primer objetivo al abordar este tema es que una ama de casa del común, pueda tomarlo como una herramienta para tener en cuenta en cuanto la alimentación equilibrada de su núcleo, que identifique al menos las sustancias de las que hay que huir y lo vamos a desarrollar en varios capítulos.
Por ejemplo identifiquemos en esta ocasión algunos de los metales pesados más perjudiciales; aunque hay que tener en cuenta que algunos de estos son constituyentes nuestros y los tenemos en lo que ellos llaman “trazas” o sea cantidades muy pequeñas, su deficiencia también conlleva enfermedad: Plomo (pb), cadmio (cd), mercurio (hg) y arsénico a(s) ¿Los recuerdan?.. ¿los identifican? con los que nos ayudamos a llenar los crucigramas…jjjjjjj
Bueno, los alimentos que más los contienen según la FAO y la OMS que además recomiendan que la ingesta por persona, por semana no sea mayor a 25 unidades globales por kilogramo de peso.
Alimentos que contienen plomo: Carne vacuna 12%, p frutas 11%, pescado 9%, verduras 9%, leche 7%.
Alimentos que contienen cadmio: Patatas 26%, pescado 25%, pan 18%, verduras 12%, datos apoyados en la enciclopedia de salud y seguridad en el trabajo. Ellen K. Silbergeld.
En la próxima entrega hablaremos sobre los conservantes y edulcorantes artificiales.

¿Cómo se aprende a ser feliz?
Por: María Marín – Domingo 20 de marzo 2016 – El Espectador

Si algo deberíamos aprender bien en esta vida, es a ser feliz.
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Sé asertivo: pide lo que quieras y di lo que piensas. Se comprobó que “soltar la lengua” eleva tu autoestima, mientras que aguantar en silencio todo lo que te digan y hagan, genera tristeza.
Pero, ¿acaso alguien te puede enseñar esto? ¡Por supuesto! La Universidad de Harvard —una de las más prestigiosas del mundo— ofrece ahora un curso para aprender a ser feliz. Miles de personas que lo han tomado aseguran que la vida les ha cambiado y se sienten mucho más alegres. Estuve investigando cómo enseñan el maravilloso arte de la felicidad y descubrí que el famoso curso está basado en algunos de los siguientes puntos:
¡Siéntete bella o atractiva! Lo dicen los estudios: 41 % de las personas que piensan que se ven bien, son más felices. Así que saca tiempo para arreglarte y ponerte guapa.
Paga por experiencias placenteras y no por cosas materiales. Un estudio demostró que las personas se sentían más felices cuando invertían su dinero en vivencias, como viajes, ricas cenas, cursos, masajes, y no cuando compraban artículos como joyas, ropa, muebles o un auto deportivo.

felicidad
No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. Mientras más postergas lo que tienes que hacer, más ansiedad y tensión generas. Escribe una lista de tareas a cumplir y empieza a ejecutarlas ya.
Deja de quejarte y haz una lista de las cosas que tienes que agradecer y que te dan felicidad. ¡Saber que tienes mucho más de lo que a veces crees, te dará una alegría interna que no se cambia por nada!
Te motivo a que pongas en práctica estos consejitos, nunca está de más adquirir conocimientos, especialmente si se trata de aprender a ser feliz. Puedes ser un científico galardonado con un Premio Nobel, un actor famoso ganador de un Oscar o un poderoso empresario flotando en dinero… pero, si no sabes cómo disfrutar de la vida, de nada te sirve lo demás. Exprimele a cada día gotitas de felicidad.

sEPARACIONES

6. A PROPÓSITO

Semana Santa

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Tomado de : Jesús alias El Cristo – Rius – Grijalbo 1987

A propósito de la Semana Santa, ¿sabe usted los misteriosos secretos que guarda el sótano de la Catedral de Cali?
No es leyenda, es verdad, las catacumbas existen. Pero la cosa no es tan «rosa» Lo cuenta en su libro el Padre German Robledo (Hacia un clero gay ,editorial Feriva 2010) las tumbas hace años fueron prácticamente profanadas y los huesos de los próceres fueron a dar a una fosa común allí mismo en la catedral. Todo gracias a la falta de consciencia de anteriores vicarios. Robledo durante su paso por la catedral logro salvar algunas cosas pero lo que se perdió fue mucho…
10441244_1594599957418933_150621137476919972_nLos tesoros de la catedral de San Pedro no son únicamente las reliquias que adornan sus naves o los que el visitante ve en el altar o en el techo.
Debajo de sus pesadas estructuras hay un acervo histórico que ignoran la mayoría de los caleños.
Una puerta metálica de más de un metro de altura por uno de ancho, anclada en la parte trasera del altar mayor de la catedral, esconde tras el olor a moho, candelabros, telas negras de catafalcos y varios muebles antiguos, los secretos de una ciudad que no se ha distinguido mucho por rendirle culto a su historia.
Allí, en esa zona del templo donde han sido bautizados la mayoría de los caleños, está la entrada a un mundo inexplorado, desconocido y fantasmal. Solo basta cruzar el altar mayor y descender por una vieja escalera de madera para enfrentarse a la Cali subterránea, la de los sueños de los siglos.
san pedro grabadoBajo el asfalto y los guiños de los semáforos de la calle 11 se hallan las tumbas de los guerreros, de los revolucionarios del Siglo XVIII, de los científicos, mientras arriba 200.000 vehículos compiten por un metro de pavimento.
Allí en la catedral de San Pedro y en toda la cuadra comprendida entre las calles 11 y 12 con las carreras 5a. y 6a., dormita el primer cementerio de la ciudad. También se guardan todos los rumores que corrían de boca en boca desde 1574, cuando la catedral surgió sobre inmensos bloques importados.
Se trata de un túnel que atraviesa desde la catedral y va a parar después de cinco cuadras a la parte baja del sitio donde hoy se levanta el Palacio de Justicia.
Sin embargo, solo hay acceso a la zona donde se encuentra el osario. La parte que corresponde al cementerio está sellada, al igual que el resto de la construcción subterránea. Una fuerte pared fue levantada en la zona donde antes existió una puerta de acceso al amplio sótano.
El ex concejal, ingeniero y estudioso de la historia Caleña Claudio Borrero recuerda que había muchas historias que hablaban de que en ese túnel de baldosas de mármol se ocultaban tesoros.
En esos pasadizos, según las leyendas mencionadas por Borrero, los conquistadores guardaban los tesoros ganados en sus batallas. Estas leyendas también aparecen en las cartas capitulares del Archivo Histórico de Cali.
Sin embargo, la existencia de esta zona subterránea no es conocida por la mayoría de los caleños. El acceso se guarda celosamente, pero de vez en cuando es necesario abrir la puerta para reparar los daños que causa la humedad que se cuela.

11822597_408397026034809_4707979850429573420_nEl cementerio que yace debajo de esa bulliciosa manzana del centro de la ciudad conserva historias menos difíciles de comprobar. Allí están los osarios cubiertos con lápidas de mármol que guardan los restos de hombres importantes y de familias de alcurnia de la ciudad. Allí yacen las familias de los Guerrero, los Zawadsky y los obispos de la ciudad. Con una luz tenue salen al paso más de 2.000 osarios. Se sabe dónde empieza el cementerio, pero no hay certeza del lugar donde termina. Se piensa que de pronto la fila de osarios puede llegar hasta la Plaza de Cayzedo.
Este no es precisamente el sitio de los osarios comunes. Allí comparten el espacio, ya sea en el suelo o empotrados en las paredes, Alfredo Vásquez Cobo, monseñor Lisandro Rodas y monseñor Eladio Perlaza, uno de los primeros obispos de Cali, así como monseñor Alberto Uribe Urdaneta.
Este primer cementerio de la ciudad fue trasladado a San Nicolás y de allí al cementerio central actual, en la carrera primera, pero todavía conserva la historia de las familias raizales de la ciudad.
Entre las muchas historias que guarda la catedral está la de la revolución que hicieron los negros en 1876 bajo la égida del General David Peña. Varios revolucionarios entraron a la catedral en plena misa de gallo, el 24 de diciembre, y masacraron a hombres y mujeres de la alta sociedad de aquel entonces.
Catedral Santiago de CaliHistorias, criptas, fantasmas y tesoros perduran en el túnel con el paso de los años. Forman parte de un pasado que los Caleños desconocen totalmente y que vibra a los pies de millones de personas que caminan diariamente por ahí.
(Tomado de un artículo del periódico «El Tiempo» de autoría de Nullvalue, publicado el 29 de Noviembre de 1995)
http://www.facebook.com/nostalgiasdesantiagodecali

LEE 100. 100 ediciones de LEE

Contenido:
1. TITULAR DE LA SEMANA: 100 ediciones de LEE
2. HOMENAJE MUSICAL. Soy del Valle (Volney Naranjo)
3. MEDIO AMBIENTE. A propósito del calor.
4. CAMPAÑA CÍVICA. Mejor caleño
5. REY DICE: Cali y el Valle
6. AGENDA CULTURAL. Atletismo

1. TITULAR DE LA SEMANA. 100 ediciones de LEE.

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2. HOMENAJE MUSICAL. Soy del Valle (Volney Naranjo)

3. MEDIO AMBIENTE. A propósito del calor.

medio ambiente
4.CAMPAÑA CÍVICA. Mejor caleño

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5. REY DICE:

Cali y Valle

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Panorámica de Cali desde el cerro de las tres cruces.

Nací en una agreste tierra llena de montañas y cabras que escalan por entre las rocas, en las bravas tierras de Santander, donde los machetes y trabucos en manos de los comuneros resolvieron hace dos siglos que ya era hora para Colombia de gritar libertad.
Traía incrustados en medio de la mente los torrentes del Chicamocha y el olor a miel de los trapiches piedecuestanos.
Terminé medicina en la universidad Nacional pero al llegar al Valle del Cauca me sentí embelesado con las inmensa planicies fértiles de su geografía, con la rareza de sus costas marinas y con la buena calidad de la enseñanza medica en la Universidad del Valle, que por esos tiempos, (1970) era pionera en Colombia sobretodo en programas sociales de prevención y promoción de la salud a nivel de comunidades que lo necesitaban.
Asumí que este era el paraíso terrestre, descrito con lujo de detalles, por Jorge Isaac en sus escritos. Y lo comprobé al mirar sus mujeres.
Valía la pena vivir aquí, estabilizarse y poner el granito de arena comunitario para buscar un desarrollo social integral.
Desde temprano observé una de las grandes cualidades de los vallecaucanos y es su generosa hospitalidad, no solo para el visitante, si no para aquel foráneo que viene a buscar trabajo entre su geografía.

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Panorama del Valle del Cauca desde la Unión (Valle)
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Cali – calle 13

Los vallunos reciben como ningún otro departamento en Colombia a los que tratan de instalarse entre sus verdes policromías rodeadas de ríos, de sueños y esperanzas.
Esta gran solidaridad humana le ha ocasionado a la ciudad de Cali y al departamento algunos problemas cuando se suman a sus pobladores, otras comunidades acosadas por la falta de oportunidades o por la violencia de los alrededores rurales de Colombia; pero ha propiciado un laboratorio interesante multiétnico en donde se amalgaman lo conveniente o inconveniente que tienen las distintas corrientes migratorias que llegan.
Ha facilitado, el Valle y Cali, grandes logros artísticos como lo testifica la belleza de sus artes escénicas certificadas en los ritmos únicos de su salsa y de sus bailes. Solo esta tierra gesta Niches y Mulatos.

Si logramos dominar los problemas, que las etnias migrantes tenemos y resaltar en cada una de ellas sus calidades y cualidades quizás podamos integrarnos y hacer de nuestro Valle una tierra única de convivencia en donde florezcan al lado de Swing latino y de Delirio la calidad investigativa arraigada que siempre ha tenido la Universidad del Valle; reforzada por nuevos y pujantes centros de estudios superiores que colaboren en este empeño y el empresarial ojala con visión social justiciera y educadora.
No nací en esta bella comarca colombiana pero su generosidad y acogida me dan el derecho a reclamar ahora que envejezco un sitio para seguir colaborando con su emprendimiento y responsabilidad social.
Creo que esta visión empoderante comunitaria deben tenerla clara las empresas que se enriquecen y medran en esta región generosa y paradisíaca que nos acogió con alegría y donosura.
La primera forma de llevar adelante esta programación integradora es empezar, como ciudadanos honestos, votando en estos próximos comicios regionales por gente proba y con conciencia social en las diferentes alcaldías y en la gobernación del departamento.
¡La ciencia, la alegría, el ritmo y una buena educación harán del paraíso paisajista verde y marino que nos envuelve el Edén de todos los vallecaucanos!

6. AGENDA CULTURAL. Atletismo

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LEE 78. Música vallecaucana – Humedales

“Los pueblos miran su fisonomía y se reconocen en su historia a través de quienes han contribuido a solidificar los cimientos de su nacionalidad”
Bernardo Jiménez Lozano

Continuando con el propósito de exaltar los valores que distinguen a los vallecaucanos y así contribuir a; cuidar, conocer y querer lo nuestro, que es a su vez, lo que nos da el sentido de pertenencia por nuestra tierra, LEE en esta ocasión, exalta la música vallecaucana con un artículo escrito por el escritor Medardo Arias en su columna Castillo de Proa, la vida y obra de los artista y maestros de la música: Enrique Millán Gómez y Santiago Velasco Llanos.
Por otra parte y con el propósito de difundir lo que es un humedal y su importancia en el equilibrio del ecosistema, trascribimos la columna; Humedales de Cali escrita por José Antonio Aguilera
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Contenido
1. Música Vallecaucana Medardo Arias Satizabal
2. Enrique Millán GómezBiografía
3. Santiago Velasco Llanos -. Biografía
4. Los humedales de Cali.- José Antonio Aguilera.

1. Música Vallecaucana
Castillo de Proa
Medardo Arias Satizabal

Escribir la historia de la música en cualquier región del mundo, compromete una intención poética, la misma que llevó a Enrique Millán Gómez, desde su estro, a investigar en los anales de esta región de Colombia para saber cuál ha sido el devenir de esta, una de las más altas expresiones del arte.
Lo ha hecho como quien pulsa una guitarra y se da a hacer en sus cuerdas esos florilegios que tanto amamos quienes somos dados a escuchar el tiempo en la boca de un diapasón.
Reconozco en Millán la sencillez del artista, empeñado, no obstante, en la diaria criba de sus propósitos estéticos, en esa lectura total del universo a la que no son ajenos los espíritus valerosos. Concertista, compositor e investigador, requirió de la paciencia del profesor para completar este libro, ‘Memorias musicales del Valle del Cauca’, en el que compila el acervo, de manera prolijamente ilustrada, desde los Calima y la música ancestral, hasta las epifanías de Santiago Velasco Llanos, el Mono Núñez, y las expresiones urbanas que cantan desde la salsa o el currulao.
De la mayor importancia en este volumen, las canciones y coplas populares de Jorge Isaacs, las cuales pueden equipararse con los versos sencillos del cubano José Martí.
“Como hay en el mar arenas/ hay en mis melancolías/ todo soy/ todo agonías/ corazón lleno de penas…”, dijo Isaacs; “Tiene el leopardo un abrigo/ en su monte seco y pardo/ yo tengo más que el leopardo/ porque tengo un buen amigo…”, cantó Martí. “Te quiero como a mis ojos/ como a mis ojos te quiero/ pero más quiero a mis ojos, porque mis ojos te vieron…” escribió Isaacs; “cultivo una rosa blanca/ en mayo como en enero/ para el amigo sincero, que me da su mano franca”, ripostó Martí.
Por su libro, conocemos ahora la Banda Tradicional Vallecaucana que dirigió el maestro Julio Cuadros en el Siglo XIX; pero también podemos acercarnos a la obra de Edmundo Dante Arias Valencia, el compositor tulueño que dejó para la historia obras como ‘Ligia’, o el bolero ‘Evocación’.
Aquí, por estas páginas, discurren Peregrino Galindo, Marco Rayo, Pedro María Becerra, Antonio María Valencia, Jerónimo Velasco González, Alberto Guzmán Naranjo, Luis Carlos Figueroa, Francisco Vergara, Martha Lucía Calderón, Alba Estrada, Carlos Villa, Claudia Calderón, Emperatriz Figueroa, Pedro Morales Pino, Héctor González, Ricardo Cobo Sefair, Clemente Díaz, Alfonso Castillo, Gustavo Sierra Gómez, Diego Estrada Montoya, Mario Gómez Vignes, Jairo Varela, entre muchos otros que hoy dan lustre a la música vallecaucana.
La realización de este libro fue posible gracias al apoyo de Manolo Suso, Armando Barona Mesa, Adolfo Vera Delgado, Leonardo Medina Patiño, Humberto Botero Jaramillo, María Helena Quiñonez, Olga Sefair de Cobo, Blanca Ruth Garcés Salcedo, el Museo de Arte Colonial y las Hermanas, Misioneras Agustinas Recoletas. También contó con la participación del extinto poeta de Barbacoas, Fabio Arias Figueroa, quien tuvo a su cargo la corrección general del volumen.
Brindemos pues por este nuevo suceso cultural, referencia obligada, desde hoy, para historiadores, estudiantes, profesores, que deseen conocer cuánta música puede producir esta tierra besada por innumerables ríos musicales. Como anotó Don Juan de Castellanos en su Elegía de Varones Ilustres de Indias, “tierra buena, tierra buena que pone fin a nuestra pena, tierra bastecida de oro, tierra para hacer casa…”.

2. Enrique Millán Gómez.

Enrique
Concertista, profesor de historia de la música y apreciación musical, compositor de obras de cámara, sinfónicas y corales.
Nació en Cali en 1957. Estudia con Hernán Moncada y Alfonso Castillo en el “Conservatorio Antonio María Valencia”; discípulo de Álvaro Ramírez Sierra, y con Luis Carlos Figueroa. Historia de la música con Hernando Restrepo, estudia laúd en: “The Royal Collage of Music”. Estudió con José Luis Rodrigo en Granada y Santiago de Compostela y estudiante becario (1983) del legendario Andrés Segovia”, en Almuñécar (Granada). Ha estudiado interpretación “historicista”, con Jordi Savall y E. Garrido: “Renaissance and Barroque Music, Mc´Guill University”.
Docente de la Universidad del Cauca, Universidad Pedagógica Nacional, Academia Cristancho y en instituciones vallecaucanas (Tuluá, Palmira, Cali).

3. Santiago Velasco Llanos.

Santiago Velasco
Santiago Velasco Llanos

Nace en Cali, Colombia, el 28 de enero de 1915 en el tradicional barrio de San Antonio, en el Empedrado. Fallece en Cali, Colombia, el 15 de Mayo de 1996 las 02:30 am. a los 81 años de edad en el Barrio La Flora en el norte de la ciudad. Su familia es de artesanos: su padre es zapatero y en la familia de la madre son orfebres. Santiago Velasco González, su padre hace parte, con el trompetín, de la “Orquesta Cali”, que ameniza los eventos sociales de la época, así como las primeras salas de cine mudo (a comienzos del siglo XX). Su tío es el compositor Jerónimo Velasco (1890-1963) quien se residencia en Bogotá a comienzos del siglo XX; de grata recordación en los círculos musicales de la capital de la República en la primera mitad del siglo XX. En los meses de Junio a Octubre toda la familia (14 personas) se va a la Montaña (Pichindé) en los Farallones de Cali a refrescarse del intenso calor.
LEER más.

Santiago Velasco Llanos – Escuchar su música.

4. Los humedales de Cali
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Humedal El Cisne

El 2 de febrero de cada año, es el Día Mundial de los Humedales, es por esto que se basa la columna para que conozcamos más de los humedales de Cali.
La definición de humedal es una zona de tierras, generalmente planas, en la que la superficie se inunda de manera permanente o intermitentemente. Al cubrirse regularmente de agua, el suelo se satura, quedando desprovisto de oxígeno y dando lugar a un ecosistema híbrido entre los puramente acuáticos y los terrestres
Los humedales, considerados por muchos como los ecosistemas más productivos del planeta, en cuanto a recursos naturales se refiere. Cumplen funciones ecológicas fundamentales como: ser reguladores de los regímenes hidrológicos (protección contra fuertes lluvias, mitigación de inundaciones, almacenamiento de agua para la época de sequía), hábitat de una gran diversidad de flora y fauna, controlador de la erosión, purificador de agua y lugar para la recreación y turismo.

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Humedal Las Garzas

1. Humedal de La Riverita. Ubicado en el kilómetro 3, vía a la Buitrera. Permanece en buen estado, limpio y preservado. Con alta población de aves.

2. Humedal de Los Cámbulos. Se localiza en la calle 9 con carrera 47, donde aparece bordeado por construcciones y encerrado entre las rejas.

3. Humedal de Las Garzas. Este humedal se encuentra en la avenida La María, en Ciudad Jardín. Gracias a su estado, recibe diversas aves migratorias.

4. Humedal Las Orquídeas. En la diagonal 120, junto al canal de la CVC, se encuentra este humedal con altos niveles de contaminación y quemas.

5. Humedal Del Cisne. Numerosa flora y fauna tiene este humedal en la carrera 105 con calle 13, en Ciudad Jardín. Presenta alta calidad en su agua.

6. Humedal El Retiro. Al lado de la avenida Cañasgordas, este humedal cuenta con una pequeña isla y se aprecia actualmente un nivel de deterioro.

7. Humedal Panamericano. En la vía Cali-Jamundí, este humedal presenta abandono, maleza y falta de control. Está prohibido pescar allí.

8. Humedal del Limonar. En pleno barrio que lleva ese nombre, calle 15 con carrera 62, está encerrado con alambres de púa. Está abandonado y deteriorado.

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LEE 73. Gente, costumbres y celebraciones

Convencidos que una de las acciones para crear «sentido de pertenencia» por lo nuestro en la sociedad,es divulgar nuestras constumbres; LEE continua difundiendolas.

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LEE 73
Contenido:
1. GENTE Y COSTUMBRES
Tradición de una tierra hecha por su población.
La población: futuro del valle.
2. A CADA SANTO UNA VELA.
El día de las velitas o noche de las velitas.
Baño en el río. Y, paseo de olla
De baile y diversión – Sabe el Valle
Sangre y arena.
Pelea de gallos.
Las faenas.
Ahijados y macetas.
3. LA FERIA DE CALI, UNA HISTORIA DE MÚSICA Y JOLGORIO
4. MANJARBLANCO – UN POCO DE HISTORIA

1. GENTE Y COSTUMBRES
Tradición de una tierra hecha por su población.
Más que una hermosa tierra digna de querer. El Valle es su gente, sus costumbres y tradiciones, su variada gastronomía, su cultura particular. El Valle es hogar de todos. De propios que la forjan y de forasteros que la admiran.
Hoy es una región densamente poblada, urbanizada, transformada por las múltiples influencias recibidas, que poco o nada se parece a la región de hace un siglo. Pero, pese a los cambios, en su corazón cultural todavía palpita el espíritu mulato, afrohispánico, que le dio origen y le sigue marcando el rumbo. De allí su riqueza artística, sus variados tipos humanos y sus singulares productos culturales, lo que, sumado a su exuberante geografía tropical, le otorga un enorme potencial turístico.
La población: futuro del valle.
Hoy el Valle del Cauca, un crisol de etnias, culturas y clases sociales, continúa creciendo, continúa recibiendo emigrantes desplazados por otras violencias, pero en esta ocasión los frentes de trabajo que absorvan la mano de obra que afluye son más escasos y los servicios públicos, las escuelas y los hospitales son insuficientes, no dan abasto. Hemos creado un mundo complejo, multicultural y multitudinario que necesita, para que se dé otra oleada de desarrollo similar a la vivida a partir de comienzos del siglo XX, poner en movimiento el excedente de fuerza laboral que hay en su población, y que millones de vallecaucanos contribuyan de nuevo a la grandeza del país y al bienestar de la colonia.

2. A CADA SANTO UNA VELA.
De fiestas y celebraciones sacras es de lo que saben los vallunos. El culto a Dios, la invocación a los santos e incluso los ruegos al diablo forman parte de sus tradiciones. No hay un solo pueblo de la comarca que no celebre a su santo patrón, realice procesiones con las imágenes en andas, les rece a sus muertos, inunde de flores los altares al final convierta en una fiesta cada conmemoración religiosa. En la mayoría de las poblaciones ubicadas en el valle del río Cauca y en la zona montañosa de la región se conservan las costumbres heredadas de los colonizadores españoles, con todo su rigor y solemnidad. Las fiestas religiosas son motivo de reunión para familias y comunidades que participan de lleno en sus preparativos y en su realización. Hay ocasiones especiales como la Semana Santa donde las calles se inundan de feligreses que acompañan cada día las procesiones que conmemoran la muerte y resurrección de Jesucristo.
Celebración de la vida.
De lo sacro a lo pagano hay un paso casi imperceptible, el Valle sí que lo sabe. Así como se honra a Dios, a los santos y a la muerte, se celebra a la vida, se tributa a la tierra y al agua, se exalta la belleza y el empuje de sus gentes, se le hace honor a la música, se convida a los ausentes. Todo, al fin y al cabo es una fiesta popular, ya sea espiritual, lúdica o comercial.

El día de las velitas o noche de las velitas.

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El día de las velitas o noche de las velitas es una de las festividades más tradicionales de Colombia, con la que se celebra la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
El festejo varía según las regiones del país, pero generalmente empieza desde la noche del 7 hasta la madrugada del 8 de diciembre, con el encendido de faroles y velas que iluminan calles, centros comerciales y hogares de pueblos y ciudades. Esta celebración marca el principio de las fiestas navideñas en el país.
El día de las velitas se celebra en Colombia como vigilia de la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, el dogma fue proclamado así por el Papa Pío IX en la bula Ineffabilis Deus el 8 de diciembre de 1854:
El Papa Pío IX en la Bula Ineffabilis Deus, del año 1854 proclamó:
…Para honra de la Santísima Trinidad, para la alegría de la Iglesia Católica, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, con la de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra: Definimos, afirmamos y pronunciamos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original desde el primer instante de su concepción, por singular privilegio y gracia de Dios Omnipotente, en atención a los méritos de Cristo-Jesús, Salvador del género humano, ha sido revelada por Dios y por tanto debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles. Por lo cual, si alguno tuviere la temeridad, lo cual Dios no permita, de dudar en su corazón lo que por Nos ha sido definido, sepa y entienda que su propio juicio lo condena, que su fe ha naufragado y que ha caído de la unidad de la Iglesia y que si además osare manifestar de palabra o por escrito o de otra cualquiera manera externa lo que sintiere en su corazón, por lo mismo quedan sujetos a las penas establecidas por el derecho.

En estos primeros días de Adviento, en que se respira ya aires de Navidad por el decoro de las calles y hogares, todos buscan comprar una buena cantidad de velitas o faroles. Y es que llega el 7 de diciembre, llega la Noche de las Velitas.

Las nuevas generaciones de colombianos han perdido el significado de esta celebración y siendo un acto de fe y piedad mariana, lamentablemente se ha convertido en un motivo más para pasar el rato. Sin embargo, nunca es tarde para evangelizar ni rescatar aquellos valores propios de nuestra cultura.
La noche de las velitas más allá de ser una ocasión para reunirnos en familia y compartir con los amigos del barrio, es un encuentro de profundas raíces católicas en la que todos nos unimos a conmemorar la proclamación del Dogma de su Inmaculada Concepción.

Se trata pues de una festividad muy tradicional en Colombia, que profundamente mariana, confía en la intercesión de Su Madre que concebida inmaculada merece la gratitud de sus hijos.

Es por ello que con un corazón grato y confiando en su intercesión la Conferencia Episcopal Colombiana ha publicado una guía para orar por la paz y la armonía.
La Inmaculada Concepción

La Iglesia Universal celebra todos los 8 de diciembre la Fiesta de la Inmaculada Concepción, día en que fue promulgado el dogma.

Desde ese día de fiesta, comentan la CEC “los cristianos católicos encendieron luces en todas las partes del mundo para significar que nosotros nos dejamos iluminar por Dios, como lo hizo María para cumplir su voluntad, nuestras familias colombianas mantienen esta tradición de reunirse en la noche de las vísperas de la celebración de la Inmaculada Concepción para encender las velitas y pedir a la Santísima Virgen su compañía y protección”.

Baño en el río. Y, paseo de olla

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Baño en Rio Pance

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El baño en el río es para los vallunos una costumbre que persiste o de ollaresulta ideal para hacer el paseo. La olla no puede faltar para preparar un sancocho de gallina en fogón de leña que sirva para levantar el ánimo a los convidados.

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Paseo de olla

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

De baile y diversión – Sabe el Valle

bailandoEl baile distingue a los vallunos. Es su manera de expresarse y forma parte de su identidad. Sean hombres o mujeres. Del Pacífico o de las Llanuras, todos parecen tener una disposición innata para mover el cuerpo al son de la música. Como todo en la región no se podría esperar otra cosa debido a la mixtura racial y cultural de su gente. Niños, jóvenes, adultos ancianos han bailado con frenesí desde tiempos memoriales, ya sean bambucos y pasillos, o salsa y pachanga.

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Chango

 

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Rumbodromo

 

Sangre y arena.

Con la llegada de los colonizadores europeos al Nuevo Reino, arribaron también plaza-toros-calicostumbres como las riñas de gallos y las corridas de toros. En el Valle se arraigaron de tal manera que es uno de los territorios galleros de país y su fiesta brava se ha convertido en una de las más importantes del continente. Hoy forman parte de las celebraciones más importantes.

Pelea de gallos.

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Riña de gallos

 

La cría de gallos finos de pelea se convirtió en un arte y6 hoy todos los pueblos vallecaucanos cuentan con al menos un gallera en la que se congregan a diario jugadores, apostadores y espectadores que rematan con fiesta una vez terminadas las corridas. De tal importancia es la fiesta gallera para la región, que a sus escenarios se han trasladado las “pugnas” regionalistas entre antioqueños y vallunos buscando el liderazgo nacional de las competencias.

Las faenas.

En Cali, a mediados del siglo pasado, la lidia de toros se convirtió en la médula espinal de su feria decembrina. Los otros eventos giraban en torno a la fiesta brava, incluida la rumba que se formaba en los remates de corrida. De hecho, sigue considerándose una de las mejores temporadas de América junto a la de Manizales. Aunque hoy las corridas de toros siguen siendo importantes en medio de la feria y congregan aún a miles de visitantes de otros lugares del país y de Iberoamérica, se ha distanciado del resto de las celebraciones que se realizan en la capital vallecaucana en el marco de esas festividades.

Ahijados y macetas.

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Macetas

 

Una tradición única en el Valle de Cauca es la de las macetas. Se trata de una colección de figuritas hechas de azúcar, montadas sobre un palo de maguey y adornadas con ringletes y papelillos de colores. Desde finales del siglo XIX la maceta se instituyó como el regalo de padrinos y ahijados en su día, que se celebra el 29 de junio. Al parecer las macetas formaban parte de un conglomerado de actividades, que incluían juegos y cuentos, con los que se celebraba además la llegada del verano y as fiestas de San Pedro y San Pablo el 28 y 29 de junio. Su incorporación a las tradiciones regionales se dio a la par con la llegada de la caña de azúcar. Algunos historiadores aseguran que la costumbre se tomó de los esclavos negros que trabajaban en las plantaciones, quienes formaban un melao blanco de azúcar con el cual moldeaban figuras con las que representaban sus vivencias.


3. LA FERIA DE CALI, UNA HISTORIA DE MÚSICA Y JOLGORIO

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Feria de Cali – Celebración –

 

Santiago de Cali, ciudad cívica por excelencia, cuenta entre sus atracciones más influyentes, con la feria de Cali, famosa por su espectáculo de colorido y un ambiente donde la cultura y la rumba hacen de las suyas.

Los comienzos de la Feria datan después de un suceso trágico en la historia caleña. En 1956, siete camiones que contenían explosivos para el ejército, explotan en el sector aledaño al centro, y mueren alrededor de 110 personas.

Un año después en 1957, ocurre un evento que dispersó la tristeza de los ciudadanos, dándole un giro notorio a la vida de la ciudad. De repente en Cali, una ciudad incipiente que empezaba a destacarse por un desarrollo cultural que la marcaría en las siguientes décadas, se inaugura la primera Feria de la Caña de azúcar.

En ese entonces la Feria se llamó Feria de la Caña, precisamente porque esta fue desde siempre el principal producto que facilitó el polo de desarrollo de la región, y en honor a esta semblanza, se quiso rendir homenaje al principal mérito económico del departamento.

Fue el Gobernador del Valle de esa época, Absalón Fernández, quién patrocinó la idea de crear una Feria y con el apoyo de los políticos y periodistas más influyentes, se embarcó en un proyecto de dimensiones económicas y culturales que daría una nueva oportunidad a la ciudad. La de la caña, o de Cali también, desde los primeros años se caracterizó por ofrecer una serie de eventos, entre los que se contaban presentaciones musicales, de múltiples orquestas, más un reinado de belleza popular, una cabalgata, desfiles de muestras culturales; muestras de actos artísticos en sitios que se adecuaban para la realización, y una serie de eventos a nivel público y privado que denotaban la máxima expresión de la idiosincrasia vallecaucana.

En su versión número uno, la Feria duró 40 días seguidos, ejemplo de un éxito insuperable que marcaría un hito histórico. En esa primera ocasión acudieron artistas y personajes de talla nacional e internacional. Del evento participaron importantes figuras del mundo de la farándula, la política, y el ambiente taurino. Entre ellos estuvieron presentes, la Reina de belleza de Colombia, y personajes destacados de los medios colombianos y del exterior.

Como parte de la celebración, los organizadores crearon premios para los participantes en la Temporada Taurina, y dejaron al público la elección de la canción de la Feria, que se seleccionaba entre un amplio grupo de composiciones.

A partir de su inauguración, la Feria de Cali tomó fuerza en los años siguientes, en la medida en que los espectáculos cobraron vida con la novedad de los eventos, con una riqueza cultural que engalanaba las presentaciones y la amplia gama de folclore y manifestaciones no sólo artísticas como de costumbres que se evidenciaban.

A lo largo de su historia, la Feria de Cali ha estado llena de visitas memorables y uno que otro acontecer que marcó la diferencia. Uno de los tópicos más importantes es la calidad de artistas de talla internacional, de música salsa y música bailable y a veces rock, han asistido a este evento. Entre ellos se rememora a Celia Cruz, La Billios caracas Boys, Nelson y sus estrellas, La Gran Banda Caleña, Richie Rey y Bobbie Cruz, El Grupo Niche, La Sonora Matancera; Lucho Bermúdez, Piper Pimienta, diversas agrupaciones de los años sesenta cuando el go gó era la tendencia y muchas otras bandas tropicales y populares que, según la década, marcaron la pauta en la rumba caleña.

No sólo la fiesta y la cultura han caracterizado a la Feria. La comida juega un papel importante y siempre se daba lugar al montaje de las tascas, puestos de comida tradicional ubicados en algunos sectores. Estas son la representación pura de la exquisita gastronomía vallecaucana. Así como hoy, desde hace 50 años en cada Feria, se sentía en cada rincón de la ciudad el olor de la comida típica, la fritanga, las empanada, y una gran variedad de alimentos típicos y famosos por deleitar el paladar de los visitantes. Y como no, el aguardiente, legado que Colón dejara a su paso por América, que dio frutos precisamente en los valles del departamento.

Otros aspectos que se perciben actual y anteriormente en la Feria son el baile, la fiesta, la amabilidad de sus habitantes, en todo su esplendor que hacía y hacen gala de esta festividad. A esto se sumó en ese entonces, la alegría decembrina que apoyó al evento y hace parte del andamiaje de la Feria. Entonces toda la ciudad esperaba que fuera fin de año no sólo para gozar de la navidad, sino también para vivir nuevamente la Feria.

Lógicamente en el evento, se han ido incorporando diferentes actividades y espectáculos que dan nuevas expectativas a la Feria, por ejemplo, un año después de la primera Feria de Cali, las autoridades municipales permitieron que se represara una parte del río Cali, para así poder realizar paseos en góndolas, actividad que hoy en día nunca hubiera sido imaginada. Por ejemplo, La apertura del evento el 25 de Diciembre con la cabalgata sólo se instauró desde 1962, en ese mismo año y precisamente como parte de la Feria se realizó el primer alumbrado público; las calles y los parques caleños fueron adornados con más de 15.000 bombillas.

En 1965, 1967, 1969 y 1970 el Deportivo Cali ganó el torneo de fútbol profesional Colombiano, lo que le dio más fuerza aún a la Feria de Cali institucionalizando así el famoso «Pachito E’che» disco de moda de la época. Y en el 71 con la realización de los Juegos Panamericanos, se creó el Reinado Panamericano, que tiene lugar actualmente. En el 74 se instauraron las presentaciones de bailarines de salsa como parte del espectáculo. En el 78 se da paso a los Grupos Folclóricos, y en ese mismo año se toma la costumbre de la usanza del sombrero, bota y almohadillas, como insignias típicas de la tradicional Feria.

A lo largo de su desarrollo, la Feria se ve impulsada por nuevas ideas sobre que fortalecen su fama e importancia. Y es que en la realización de la Feria no se deja do un sólo cabo suelto. Todos los eventos apuntan a una diversidad increíble que lleva a que más público pueda participar de ella. La Feria no se ha reducido a la fiesta y la música. Como se mencionó antes, cada suceso, como un campeonato futbolístico o una actividad novedosa de carácter nacional, son ejes que consolidan a la Feria de Cali.

De alguna forma siempre la Feria de Cali que concuerda con la celebración de fin de año, se ve reforzada por otros aconteceres que, si bien fueron o no programados por los organizadores, dieron pie a mucha más afluencia de público y a un mayor despliegue cultural.

Hoy por hoy el ambiente de la Feria continúa con el mismo cronograma de todos los años; El Superconcierto, el encuentro de melómanos y coleccionistas de música salsa; presentaciones de las orquestas más importantes de Cuba y el Caribe, el desfile de carros antiguos, las tascas ubicadas en sectores estratégicos de la ciudad, la feria comunera, la chiquiferia, el desfile de Cali viejo, y por supuesto, la cabalgata. También los eventos privados de rumba para todos los gustos en las discotecas de Juanchito, Avenida sexta, el sector de Menga, con los artistas más cotizados, hacen que la Feria de la caña tenga un volumen de público que crece año tras año.

Vale la pena asistir y disfrutar de todas las manifestaciones culturales que presenta Cali, su Feria y su gente haciendo de ésta: la Feria de Cali, la mejor de América.

4. MANJARBLANCO – UN POCO DE HISTORIA

Manjar blanco
Manjar blanco

 

La historia se remonta al menos a principios del siglo XIII con un plato llamado Blanc Mengier (plato blanco) en francés antiguo. De ahí pasó a llamarse blanc manger en francés, blancmange en inglés, bianco mangiare en italiano y manjar blanco en español, por la vía de Cataluña.

Se supone que todo comenzó con la llegada del arroz y las almendras a Europa de la mano de los árabes. Curiosamente, las primeras recetas de blanc mengier son una preparación de carne de ave desmenuzada en una leche de almendras hecha con almendras y caldo de ave y espesada con arroz cocido, y luego especiada y endulzada. Suena extraño, pero no lo es tanto. Un postre típico de Turquía (que reporta origen romano) es el Tavuk göğsü, budín de leche y carne de pollo, al que se le da consistencia con arroz u otros espesantes.

Este blanc mengier era un plato de altísima cocina, digna de reyes, y también un plato adecuado para dieta de enfermos. Con el tiempo, aparte de ser teñido (con lo que deja de ser blanco) pasaron a desarrollarse una serie de variantes, reemplazando la leche de almendras por leche de vaca, filtrando el caldo de carne dejando la carne fuera del plato final y utilizando una serie de espesantes distintos. En el siglo XIX el pollo ya estaba totalmente fuera de la receta y el blanc manger era derechamente un postre, con o sin almendras.

Esta es una receta muy simple, adaptada de un recetario inglés de 1915 que utiliza harina de trigo y maicena como espesantes. Por favor notemos que no tiene nada que ver con nuestro tan apreciado manjar blanco que es dulce de leche, y tiene un parentesco mucho mayor con –por ejemplo– la Panna Cotta italiana.

LEE 72. HISTORIAS DE SANTIAGO DE CALI.

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HISTORIAS DE SANTIAGO DE CALI
De esta mágica ciudad siempre se trae, de regreso a casa, un equipaje repleto de asombros.

Contenido:
1. Los diablitos prenden la fiesta.
2. De la serie «Historias de la ciudad.»
El autor: Wilfrido Franco García
Los tambores de navidad.
3. La virgen nuestra señora de la medalla milagrosa
4. Un ruego a “La Milagrosa”

 


1.Los Diablitos prenden las fiestas.

Los diablitos.
Los diablitos.

Se les ve en las calles de Cali desde el 31 de octubre hasta el 6 de enero.

Tum – turum tum tum, turum tum tum… suena el redoblante y la tambora. ‘La Culona con un colador de café en la mano te menea las caderas y te pide ‘la liga’ (dinero). Al fondo ‘El Diablo’ y ‘La Muerte’ se desmadejan en el baile. Ellos son los tradicionales ‘Diablitos’ y cuando se ven por las calles de Cali es porque llegó diciembre.

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Él grupo de ‘Diablitos’ está conformado por: ‘La Muerte’, ‘La Culona’ y El ‘Diablo’ y son amenizados por redóblante y tambora.

Esta tradición carnavalesca nació el 24 de diciembre de 1916, cuando un grupo de mineros de Siloé, completamente ebrios, bajaron desde la zona de ladera disfrazados de estos personajes por el entonces Camino Real (hoy calle 5), se dirigieron hasta la Plaza de Cayzedo y fueron sorprendidos por el dinero que les arrojaron sin que lo pidieran.

Hoy, 97 años después, la tradición persiste y diciembre no es diciembre en Cali si no hay ‘Diablitos’.

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2. De la serie «Historias de la ciudad»
Serie de crónicas periodísticas, ganadora del Premio de Periodismo “Alfonso Bonilla Aragón”, en la modalidad de prensa escrita en el año 2000. Informes publicados en el diario “Occidente” de Santiago de Cali y considerados merecedores del premio por ser “un trabajo que rescató la crónica escrita, esencialmente urbana, en el que el periodista recogió las caras inéditas de una ciudad de contrastes el pleno crecimiento”, según el acta oficial firmada por los jurados, los reconocidos periodistas: Manuel Teodoro, Francisco Quintero Carvajal y Carlos Alberto Roldan.

El Autor

Wilfrido Franco Garcia
Wilfrido Franco Garcia

Wilfrido Franco García nació en el Hospital “Santander” de Caicedonia, Valle del Cauca en un festivo 19 de Diciembre. Hijo de profesores “Liliana y Lileardo” y hermano de Fayzhuri, doctora en medicina.
Estudiantes del colegio Instituto Técnico Industrial “José María Ramírez” de Armenia y egresado de Comunicación Social con énfasis en periodismo de la Universidad del Valle. Con varios seminarios y curso de actualización de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali y de la Escuela Nacional del Deporte. Conferencista en la universidad Santiago de Cali y la universidad Autónoma de Occidente, catedrático de esta última y docente en otras instituciones de educación no formal en las áreas de periodismo, periodismo deportivo, redacción y ortografía. Corrector de estilo de varios textos de recopilación y literatura.
Autor del libro de poesías “Abuelita por siempre”.
En el 2000 ganó el premio nacional de periodismo “Alfonso Bonilla Aragón” en la modalidad de prensa escrita con la serie de veintidós crónicas de Cali, llamada “Historias de la ciudad”.

Portada Historias de la ciudad
En el 2006 recibió la medalla “Armando Bohórquez Penagos” de la Asociación Colombiana de Periodistas y Redactores Deportivos, por la trayectoria a toda una vida dedicada al periodismo.
En el 2009 recibió la mención de honor del Premio Nacional “Bonilla Aragón” en la modalidad de Periodismo Deportivo.

Los tambores de navidad

Por: Wilfrido Franco García

Diciembre se deslizó hacia un enero de soledades”.

Los “Diablos” van por las calles con sus
disfraces, repartiendo alegría y esperando una
moneda que llene sus alforjas para celebrar en
diciembre. Son los tambores
de navidad, la época más feliz de un mundo
repleto de injusticias.

El sol apareció tan de repente que un vistoso gallo de sugestivo plumaje tricolor, quedó “colgado” para entonar el himno que identifica las nuevas madrugadas por un rescoldo de la oscuridad inconfundible de las cinco y media am; el astro rey apareció y los ojos se batieron en un duelo entre la pereza y el cansancio, para abrirse al nuevo día. En diciembre los amaneceres parecen diferentes; todo tiene colores, hay esperanzas aunque la desazón habite en los corazones, se tejen planes sobre sientas estrategias, se buscan sonrisas en el cuarto de sanalejo y se baten ilusiones, aunque el bolsillo esté repleto de agujeros y es precisamente en este mes cuando aparecen las rítmicas melodías que provienen de repente; la música se desperdiga por las calles como cuando brota un manantial cristalino y las tonadas van marcando el ritmo del despertar. Los denominados “matachines” de la costa Atlántica o “diablos” en el Valle del Cauca, van por las calles de la ciudad haciendo de inmediato dos homenajes contradictorios: el primero al ritmo y cadencia de nuestras gentes, fiesteras por antonomasia, y el segundo, a la difícil situación que involucra al persistente desempleo.
Es claro que las gentes se divierten al paso del pequeño carnaval, aunque algunos niños supremamente asustados con los disfraces, se agarren de las faldas de sus mamás para evitar que el “diablo” se los lleve; pero también es cierto, que muchos se disfrazan o hacen parte de la procesión porque necesitan conseguir algún dinero que les rebaje sus penas, sus deudas o la carga de gastos que se eleva muchísimo en el último mes del año.

Antecedentes
En épocas anteriores, estas comparsas salían casi exigiendo algún presente, porque de lo contrario “castigaban” al parroquiano de turno con pequeños fustes.
Hoy en día, y como todo cambia los disfraces se colocaban para que en algunas bolsas de tela como especies de coladores de café o de talegas donde se recoge la limosna en las iglesias, se recibe el dinero que podrá sopesar la parranda decembrina; aquella de los buñuelos, la natilla, el manjarblanco, las colaciones, del desamargado, las brevas con queso, la lechona y los tamales, y otros tantos platos exquisitos.
Hernán supo que la muerte le llegaba y preciso lo cogió a finales de noviembre el disfraz blanquinegro lo vistió para simular a la “pelona” y junto a sus demás amigos del “Parche” de Siloé rodó presuroso, hasta las calles del centro para recoger dinero. Luis Fernando se disfrazó con un escandaloso traje de gorila que cuando sube la temperatura es una verdadera sauna ambulante y el disfraz de Antonio fue tejido a mano, porque el relleno de las nalgas era abundante y los “matachines” sin una viuda alegre pierden toda su efectiva realidad de comparsa.

Los Diablitos 3
Los Diablitos

Parecen pandillas.… pero son bandas de alegría; tras los tonos de su música se prende un festival improvisado que brota de la calle misma, con su festejo sin igual.
Al final, todo queda perfecto y junto a los muchachos de los tambores redoblantes, las pandilla de alegrías se va filtrando por entre las arterias agitadas de la ciudad. En cada esquina esperan el cambio del semáforo a rojo y marcaron el ritmo con los festivos tambores; pocas personas pueden eludir el festejo y algunos ríen; mientras Antonio, mueve con ritmo altanero las supuestas nalgas llenas de retazos. Los niños son los primeros que agitan el cañaveral y aquellos que no le temen a nada, se acercan para remedar los movimientos de la viuda alegre y menean sus caderas con la misma facilidad de las esbeltas morenas del Pacífico Colombiano, cuando bailan y desaforado mapalé.

Recorrido
El grupo con toda su algarabía baja por la calle quinta y el sol de la mañana se intensifica al ritmo de los bullangeros sonidos. Luis Fernando tuvo que descansar un rato y sacarse la cabeza del simio porque literalmente se había bañado en sudor; todos se dieron una tregua, pero Daniel y Alirio en los tambores no paraban de estremecer las melodías que parecen interminables y son realmente repetitivas. De todas maneras, ellos se destacan muy por encima de los demás en cuanto a estado físico sus manos parecen pájaros en vuelo prolongado, cuando marcan el ritmo sin igual del feliz bombardeo de apoteósicas tonadas.
Ya entrada la tarde y luego de recorrer muchos sitios de la ciudad, arriban al centro por la Plazoleta de San Francisco donde inclusive las palomas detienen el vuelo constante para escuchar los acordes de los tambores, para mirar de reojo las nalgotas de la viuda, para huirle a la muerte y a todos los diablos que no dejan de brincar de un lado a otro, mientras varios gamines hacen parte del desfile; pero siempre con la pícara intensión de agarrarle las enormes posaderas del abundante trasero que trae la “desdichada mujer” de luto. Los tacones de cambiaron, porque inclusive uno de ellos se rompió bajando de “San Antonio” y “Toño” prefirió unas viejas zapatillas que para nada hacían juego con el vestido oscuro que le prestó doña Margoth y con el cual, envolvía la antiestética fisonomía de la viuda alegre. Era que de seguir entaconado, le producía mucho más dolor que las inmensas ampollas que los zapatos de mujer le crearon. “¿Cómo harán las viejas para manejar esto?”, se preguntaba, mientras se sobaba los lacerados tobillos. Cuando llegaron al Paseo Bolivar la gente se juntó a su alrededor. Algunos reían con carcajadas sinceras, otros huían para no “darle plata a los majaderos de esa pendejada” y varios entregaban sus monedas en el colador rojo que tampoco estaba repleto o promulgaba plena bonanza. Desde allí rodaron por otros barrios del centro de Cali; precisamente en “San Nicolás” y en el “Obrero” les cayó la noche y los arropó el cansancio. Decidieron volver a casa para contar sus exiguas ganancias; se repartieron equitativamente el botín y guardaron con solemnidad, sus disfraces.
La banda cesó de tocar, los tambores descansaron en un rincón; pero ellos sabían que en este o en cualquier Diciembre, con el madrugador canto del gallo, todos volverían a otra jornada de estridencia porque ciertamente, una de las grandes tradiciones de la ciudad, son los llamados ancestralmente como “diablito”. Por eso, los tambores que brotaron insurgentes del alma africana, siempre soñaran con el fuego ardiente de lujurioso espíritu.

3. La virgen de la medalla milagrosa
La creadora del martes de la milagrosa
No siempre ha sido un río de once mil personas todos los martes haciendo oración a la Virgen de la Medalla Milagrosa, en el templo de las hermanas vicentinas que queda en la Avenida Roosevelt.

Cuando esta historia comenzó, hace 34 años, eran unos cuantos creyentes que se reunían a las 7:00 p.m. a hacer la novena, convocados por Sor María Emilia Echeverry Mejía.

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Iglesia de La Milagrosa
Iglesia de la Virgen de la medalla milagrosa.

4. Un ruego a “La Milagrosa”
Por: Wilfrido Franco Garcia

Día tras día, el amor se marchita como la piel de un moribundo.
Día tras día, el amor se vuelve gris,
Como el cielo de un adiós”.

La milagrosa
Virgen de la medalla milagrosa

Los martes son los días de la virgen y los feligreses van a pedirle a la “La Milagrosa” que les ayude en sus difíciles situaciones. El Recinto de la avenida “Roosevelt” en Cali se llena de fe por los cuatros costados y la imagen angelical escucha ruegos y clamores que a veces son inverosímiles

Amelia se bajó con precipitud de un bus “Verde San Fernando” ruta uno, al cual le quedaba muy poco del anterior flamante servicio ejecutivo. El conductor, con un aspecto disperso entre el trasnocho y la enfermedad, escasamente le dio la gana de frenar unos segundos antes, frente a la panadería “Paola” para que la dama de unos cincuenta y tres años, descendiera del ya deteriorado vehículo. Su rostro de preocupación era infinito y reflejaba esas noches donde el cuerpo da vueltas sin final, en un carrusel interminable y contar ovejas, es toda un falacia para tratar de dormir.
Por entre algunos charcos que había hecho el intenso invierno de estos días, Amelia dio unos saltitos par estar en la acera del frente, justo en la casa central de las hermanas vicentinas. El convento sirve de refugio para aquella congregación de origen francés donde habita la comunidad religiosa de San Vicente de Paúl. Ellas, siguen los predicamentos de Santa Catalina Labouré, una francesa a quien la virgen visitó en una visión similar a los niños de Fátima en Portugal. El día oficial de la virgen “Milagrosa” es el 27 de noviembre de cada año.
Justo en el enorme andén, se ubica alrededor de veinticuatro tendidos de guadua con lonas blancas arriba, dispuestos en casetas para ofreces detalles que origina la fe ineludibles de las gentes, en la imagen que corona el convento. Parece de aquellos mercados dominicales de antaño que había en los pueblecitos colombianos.
Precisamente son los martes, aquellos días donde la romería se hace interminable para pedirle a la virgen que siempre los ayude. Las imágenes van desde los pequeños escapularios que venden desde hace muchos años don Germán, un hombre de tradicionales normas ancestrales, hasta las réplicas de 80 centímetros de alto que son más bien caras y tienen poca salida. Es un amplio supermercado elegido a uno de los iconos sagrados de la iglesia católica.

El lugar

La milagrosa 2
Iglesia de la Virgen de medalla milagrosa

Por la entrada principal, justo en frente de la panadería, desfilan todos los feligreses como lo hace un rebaño de ovejas buscando su redil; simultáneamente al caer la tarde. Amalia gambetea el atiborramiento con su abundante y flácida cintura, y desde una distancia apreciable pudo ver la imagen de rostro perfecto, enclavada allí arriba del crucifijo. En el lugar, la devoción se riega con solemnidad por cualquier orilla. Es de aquellos momentos en que la calma se ubica perfectamente en el alma y sube hasta el corazón, por la arteria de la fe.
Ella empezó a rezar el tedioso y largo rosario, mientras a su alrededor se agolpaban gentes de todos los estratos y círculos sociales. Bien podría estar a su lado el sicario que al día siguiente tuviese que disparar contra el periodista de turno, el aportador impulsivo que implora por su número para que salga ganador, la novia que ruega con cara de “yo no fui” para que su amor retorne y no se vaya con “la bruja” del frente, el señor con una maleta negra de visos blancos que clama porque el negocio resulte perfecto, la vendedora de seguros con sus uñas untadas de esmalte escandaloso que implora la afirmación de un cliente que lleva años evadiéndola, la viejita encorvada que pide que su hija le gire mucho más desde los Estados Unidos para aprovechar alteraciones de la banda cambiaria, el señor de tímidos bigotes que suplica un dinero extra para pagar las pensiones atrasadas en el colegio de los muchachos, la casera que se va de hinojos suplicando perdón por haber guindado por el ojillo de la chapa a su nuevo y joven inquilino, la muchachita de escasos 15 años que angustiosamente pide que le llegue el periodo pues en su “casa la van a matar” si está embarazada y el anciano que a uno le partiría el alma, pues el gobierno y sus excesivos trucos, aún no le reconoce la pensión tras trabajar sin descanso, más de treinta años continuos. Todos ellos hacen parte de esa abundante parroquia que va allí, hasta “La Milagrosa”, para buscar ayuda divina y su redención definitiva.

El ruego
Cuando iba en la mitad de sus rezos, una niña de crespos altaneramente amarillos y ojos cálidos, le sonrió, y ella con un ademán amable le devolvió a la chiquilla, aquel gesto de evidente compasión. Amalia pedía que sus exámenes clínicos resultaran bien, porque en su interior sabía que su organismo andaba muy mal. Los mareos habían resultado constantes y fatales en los últimos meses, y el médico había ordenado un encefalograma para determinar verdaderamente, lo que sucedía. Al terminar de orar, sus ojos viraron al suelo y su cabeza se descolgó como la de una gallina que ha sido despescuezada. Se sintió ir… de aquellas idas que no tienen final; pero aguantó con fortaleza para retornar a la avenida “Roosevelt” y tomar con prontitud, un taxi que la llevara hasta su casa.
Siguió esperando que “La Milagrosa” con su bondad absoluta, la socorriera; hasta que llego el día de la entrega de los resultados de los exámenes previos y tal como lo había sospechado el médico, le confirmaron dos tumores malignos en el cerebro, tras una severa biopsia. Sus días estaban tan contados como los dedos de una mano. Sintió desvanecerse como en otras ocasiones; pero de repente y en medio de intensa fatalidad, ella asegura que vio una luz resplandeciente de tranquilidad que la alumbró y supo que la imagen de “La Milagrosa” llegaba desde Francia hace más de cincuenta años, empezaba a obrar. Amelia cada día perdió más cabello, mucho peso y entre tanto, su poca estabilidad y su fisionomía se volvieron añicos; pero con total esperanza, prosiguió yendo cada martes hasta la avenida “Roosevelt” para convencerse que la virgen continuaba haciéndole favores a todos y cada uno de aquellos que creen, y se los piden con total convicción.
Ella continuó orando y esperando un milagro, como lo hizo desde el primer día, porque ya lo había perdido todo, menos su inquebrantable fe.

LEE 65. Mi Cali Viejo: Evocadora y Señorial.

LEE 65
Contenido
1. Cali. Palacio Arzobispal
2. Cali. La vieja Calle 13.
3. Cali, 1911 – Medardo Arias.
4. Cali, 1915- Av. Sexta.
5. Cali, 1917 -La Vieja estación del Ferrocarril de Cali
6. Cali. El teatro municipal y el terrible drama de la lepra en el Cali viejo (crónica)

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Cali. 1840.(Grabado)

1. Cali. Palacio Arzobispal

Nuevamente el color y la restauración digital nos regalan esta fotografía de nuestra actual Carrera 4° con calle 7°. Donde está la Bandera, es hoy en día el actual Palacio Arzobispal de Cali y la casa donde están parados los dos niños es la hoy existente casa de la Sociedad de Mejoras Publicas. Para la época de la fotografía no había alcantarillado en Cali y el canal de aguas negras y lluvias corría por la mitad de la calle. Los automóviles todavía no existían en la ciudad.
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Año de la Fotografía: 1895
Autor: Desconocido
Color y retoque digital: Saúl Antonio Ramírez

Cali 1895

2. Cali. La vieja Calle 13
Histórica Fotografía restaurada y coloreada digitalmente donde apreciamos con gran detalle la Antigua calle 13 de Cali y al fondo la torre de La Ermita del Señor del Rio o Ermita Vieja, destruida totalmente por el terremoto de 1925 y en donde se levanta hoy en día nuestra actual Ermita de estilo Gótico.
La vieja Calle 13 que era una calle estrecha, también era conocida a finales del siglo XIX y principios del siglo XX como la Calle de Santa Librada, ya que en su esquina de la cra. 4° quedó el Antiguo Colegio de Santa Librada el cual fue fundado por el General Francisco de Paula Santander en 1823, y que corresponde a la edificación que observamos a mano derecha y que sirvió también de primera sede a la Universidad del Valle al ser fundada en 1945.
El Viejo edificio del Colegio, que en su pasado hizo parte del gran claustro de San Agustín, fue demolido a finales de los años 60 para dar paso a la ampliación de la Calle 13 y en su lugar se construyó el edificio de parqueaderos San Librada.
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Año aproximado de la foto: 1910
Autor de la fotografía: Desconocido
Restauración, retoque y color digital: Saúl Antonio Ramírez
con Jose Alonso Catano Canaval e Hilda Guadalupe Guerra.

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3. Cali, 1911
Medardo Arias

No sé si los artífices del nuevo Plan de Ordenamiento Territorial leyeron el libro de Félix Serret, el viajero francés -no catalán- que estuvo en Cali a inicios del Siglo XX, y que regresó a Europa sorprendido de no haber encontrado aquí “una sola panadería”, pero sí calles llenas de piedras y huecos, además de cantinas en la zona central, y una imprenta.
Su periplo por Colombia duró 1 año, entre 1911 y 1912, tiempo suficiente para escribir unas valiosas impresiones que son hoy tema de estudio de urbanistas e historiadores. Su nombre afloró en mi antepenúltima columna, ‘De pan y panaderos, a propósito de una carta que me enviara el poeta Álvaro Miranda.
Francisco González, director del periódico humorístico más antiguo de América, ‘El Gato’, encontró el libro de Serret, prologado por Luis Carlos Mantilla, de la Academia Colombiana de Historia, y me lo hizo llegar. Qué deleite conocer, de primera mano, cómo era Cali entonces: “Esta ciudad de 25.000 habitantes no tiene ni una sola panadería. El pan es hecho por las familias y no constituye aún una profesión, como en Europa. Se emplea harina traída de los Estados Unidos o elaborada en los alrededores de la ciudad, en molinos primitivos que datan de la época colonial. En los hoteles solo sirven un pan por persona…”.
Serret alaba el silencio de la población: “Cali, al igual que Venecia, ofrece la rara particularidad de no poseer ni un solo vehículo. Ni automóviles ni camiones, ni siquiera la misma bicicleta, nada que turbe con sus pitos el silencio de sus calles. Esta ausencia de vehículos y ciclas en una ciudad tan importante como la que nos ocupa, es debida al deficiente pavimento, formado por grandes piedras traídas del río vecino y a la existencia de profundas grietas en la mayor parte de sus calles…”.
Serret dice que se sintió avergonzado de llevar zapatos, pues el común de los pobladores andaba descalzo.
En su viaje a Buenaventura, confundió al tamborero con el canchimalo. Dice que salió de pesca, y vio cómo “los canchimalos venenosos eran amarrados por sus aletas, para luego ser tirados al agua, para diversión de su verdugos…”. El canchimalo es un pez sin escamas, parecido al barbudo, o al ‘cat fish’ (pez gato), del Mississippi, pero no venenoso; el que sí ofrece peligro mortal al ser ingerido, es el tamborero o pez globo, muy apreciado en Asia.
Dice Serret: “En Cali todo está por hacerse. La región está privada de ferrovías y de caminos carreteables…”. En Jamundí se deslumbró con los cucarrones. Un minero le regaló uno, dentro de una cajita, además de unas pepitas de oro. Lo que se colige de este suceso es que la infancia de Serret no fue muy divertida en Francia, pues jamás hizo volar cucarrones con hilo negro: “No creemos que haya sido estudiado científicamente por nuestros entomólogos, pues no he visto hasta ahora ninguna alusión a este extraño animal en algún tratado de zoología…”.
La única imprenta, de la cual salían ‘enjambres’ de muchachos a corear las noticias “era del Doctor Palau, una de las personalidades políticas más estimadas del lugar”.
De la galería de personajes pintorescos de la villa, rescata uno, inédito, un tal ‘Te capo’, al que describe “con una nariz de pico de tucán y el pecho echado hacia delante”. Una vez escuchaba este apodo, se encolerizaba y “tiraba todo lo que encontraba a su alrededor; piedras, cáscaras de naranja o banano, cortezas de melón y hasta estiércol de perro…”.
«Cuando se huye y uno deja todo a sus espaldas, el único tesoro que podemos llevarnos con nosotros es la memoria. Sólo la memoria puede permitirnos renacer de la nada. no importa donde, ni cuando, pero si conservamos el recuerdo de nuestra pasada grandeza y de los motivos por los que hemos perdido, resurgiremos» La última legión, Massimo Manfredi.

4. Cali 1915- Av.Sexta

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Hermosa Panorámica de 1915, recreada digitalmente, de la que será la futura Avenida Sexta de Cali, a la altura de las actuales Calles 16N y 17N, en ese entonces solo era el camino que conducía al vecino Municipio de Yumbo.
La zona estaba conformada por lomas y terrenos que hacían parte de propiedades de conocidas y ricas familias del Cali de esa época. La zona estaba conformada por lomas y terrenos que hacían parte de propiedades de conocidas y ricas familias del Cali de esa época. Las tierras de mano izquierda de la foto hacían parte de unos extensos terrenos conocidos como Galilea de propiedad de Don Jorge Garcés Borrero
Observamos las magníficas ceibas que adornaban el camino, algunas de las cuales engalanan todavía la Avenida 6° a la altura de la calle 17.
La fotografía es tomada de Norte a sur, como quien dice el fotógrafo estaría parado por los lados del desaparecido Drive-in Oasis y mira hacia el centro de la ciudad.
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Año de fotografía: 1915
Propiedad: Colección Alberto Lenis B.
Diseño, retoque y color digital: Saúl Antonio Ramírez
— con Herrera Greis.


5. Cali, 1917 -La Vieja estación del Ferrocarril de Cali

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Panorámica de la Vieja estación del Ferrocarril de Cali construida en 1917 y desaparecida completamente en la explosión del siete de Agosto de 1956. Estaba ubicada en la Calle 25 con carrera 1°.
Para destacar el antiguo bus urbano que hacía la ruta desde la vieja estación hacia el barrio El Peñón.
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Fuente: Revista Épocas
Autor de la fotografía: Desconocido
Fecha: 1930 — con Freddy Marin Valencia-

6. El teatro municipal y el terrible drama de la lepra en el Cali viejo (crónica)

Teatro municipal
Cali. Teatro Municipal . Construcción                                                                                                                                                                                                                                    

Cuantos de ustedes queridos lectores habrán estado aunque sea una vez en su vida sentados cómodamente en el Teatro Municipal de Cali, pero ninguno imagina por equivocación la triste historia que se vivió en ese mismo sitio antes de que se construyera el Teatro.
El principal gestor de la construcción del teatro fue el insigne ciudadano Caleño Manuel María Buenaventura, el cual con un grupo de otros cívicos Caleños se dieron en la titánica tarea para ese tiempo de dotar a Cali de un sitio adecuado y moderno conforme a la época, para presentación de carácter cultural, que estuviera a nivel de las grandes capitales Latinoamericanas.
La primera piedra del teatro se colocó en solemne ceremonia el 9 de abril de 1918
Lo primero que hicieron fue conseguir el lote esquinero de la Cra. 5° con calle 7, el cual fue donado por el Municipio, donde había una casa totalmente sellada y abandonada, que guardaba entre sus muros una historia de terror y drama que conmovió e impresiono a los Caleños de finales del Siglo XIX

Corría el año de 1895, y en la esquina en mención (Cra. 5° con Calle 7°), había una casa de un solo piso; de aspecto alegre, con amplios ventanales sobre la cra. 5°, portón empedrado de estilo colonial, amplio patio y corredores espaciosos.
Estaba habitada por una familia que ocupaba destacada posición social, cuya cabeza era de origen Antioqueño pero llegado a Cali desde muy joven, era altamente apreciado tanto por sus condiciones de caballerosidad, como por ser modelo de hombre de trabajo. En Cali contrajo matrimonio con una dama de alto abolengo de cuya unión hubo numerosa descendencia.
La segunda de sus 8 hijas, alegre muchacha de 16 años, figuraba entre las mujeres más lindas y agraciadas de la ciudad.
Sus hijos varones eran blancos y rollizos, además eran la demostración viviente de las maravillas que podían resultar del cruce entre la raza montañera y la del Valle.
Todo parecía sonreírles, ya que a todo lo anterior, se le sumaba que su condición económica era bastante holgada.
Un día un prestigioso médico de Cali fue llamado, por lo que en su momento se consideró una insignificante molestia que afectaba a la encantadora muchacha de 16 años, el medico en su examen tropezó incidentalmente con varias maculas y nódulos de carácter sospechoso, del cual tomo muestras que fueron llevadas al microscopio horas después .. ……¡Horror! Era Lepra.
La insignificante dolencia resulto ser la más espantosa de todas las enfermedades de esa época: aquella que desde los tiempos Bíblicos ha sido el terror de todos los pueblos; la única que para esa época los pueblos de mundo habían dictado leyes, muchas de ellas inhumanas, la enfermedad con la cual hasta ese momento siempre se había estrellado la ciencia.
La noticia se rego como pólvora en la Pueblerina Cali, y la marginación total para toda la familia y su servidumbre no tardó en llegar por miedo al contagio. La familia tuvo que salir de inmediato de la ciudad y abandonar la casa, los que estaban sanos partieron hacia Bogotá y la enferma hacia la «Ciudad del Dolor» como se le llamó en alguna época a Agua de Dios, el pueblo de Cundinamarca que le sirvió de Leprosario al país desde 1894 hasta 1962
Las condiciones del viaje fueron espantosas pues nadie en el camino quería darle albergue a la compungida familia y solo para llegar a Cartago requirieron de 8 días, durmiendo en empalizadas y en improvisados cambuches de paja.
Al poco tiempo a la enferma niña se le unieron en Agua de Dios también contagiados, cinco mas de sus hermanos, su tía, su nodriza y un fiel sirviente negro que vivió por varios lustros en la casa.
Mientras que en Cali, la casa con su mobiliario quedo en total abandono, puertas y ventanas fueron selladas con remaches de hierro, puesto por las autoridades en defensa de la comunidad. Y así permaneció la casa por casi un cuarto de siglo, los peatones al llegar a ese paraje instintivamente se pasaban a la cera contraria, el mal de San Lázaro (Lepra) para el cual actualmente hay total tolerancia y está casi desaparecido, en aquellos tiempos inspiraba más que pavor y esa esquina de la cra. 5° con calle 7° con su casa, fue mirada por muchos lustros como un sitio maldito.
La implacable mano del tiempo imprimió su sello destructor por todas partes. Los andenes, puertas, ventanas, paredes y techos presentaban estado ruinoso como símbolo del drama vivido.
Cuando la ruinosa casa fue entregada a Don Manuel María Buenaventura, los lotes colindantes también estaban tapiados y sus accesos protegidos por fuertes candados de cuyas llaves nadie daba razón.
El Alcalde tuvo que facilitar 10 presos de la cárcel con sus respectivos guardias, para que obligados hicieran la labor de romper los sellos y remaches y lograr abrir trochas hasta la casa la cual estaba totalmente invadida de enredaderas de mil clases, ardillas, sabandijas, lagartos, arañas y mil otras alimañas que fueron los amos y señores de ese feudo por muchísimos años.
Los presos, todos con apariencia de hombres avezados al crimen, armados de machetes, titubeaban como dispuestos a echar pie atrás. La maraña los repelía, pero más que esta, el temor al contagio de la espantosa enfermedad. Los 10 presos fueron gratificados por Don Manuel María de su bolsillo con la suma de siete pesos con cincuenta centavos ($7.50)
Nueve años después, el 30 de Noviembre de 1927 con la presentación de la ópera «El Trovador» de Verdi fue inaugurado con bombos y platillos nuestro emblemático Teatro.
Y así querido lectores llego al final de este lamentable pero histórico relato; por eso cada que asisto al teatro Municipal o simplemente paso por ahí, no puedo evitar recordar este pasaje y darme cuenta que cada calle del Cali Viejo guarda celosamente una gran cantidad de historia.
(Basado en un relato de Don Manuel María Buenaventura en su libro «Del Cali que se Fue» edición de 1957)
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Cali. Teatro Municipal

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LEE 64. Razones para vivir en Cali. Turismo – Pance

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Contenido:
1. Razones para vivir en Cali – Lo prometido.
2. Turismo y recreación.
3. Ríos de Cali – Pance
El club popular- Imágenes
Sancocho de olla – Imágenes

La basura es tuya, recógela.

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Rio Pance – Basura

Alto a la desforestación

 

 

 

 

 

1. Razones para vivir en Cali
Lo prometido
Por: Benjamín Barney

Son cinco las razones para insistir en vivir Cali: el bello valle, la alta cordillera, la verde vegetación y su benigno clima, amén de una entrañable querencia en alguna hacienda; y hay otras más, claro. De todas ya se ha hablado en esta columna más vale la pena repetirlas juntas.
El bello valle del río Cauca es tan amplio y llano; recorrer su vías y caminos o verlo desde sus dos piedemontes es un placer. Cali se ve hasta bonita desde la capilla de San Antonio, aun más desde el mirador de Belalcázar y ya es todo un espectáculo desde la Vuelta del Cerezo en la Salida al Mar, donde apenas asoma pero con el valle al fondo y atrás la Cordillera Central. Y desde ésta se pueden ver sus atardeceres en la casa de la Sierra de El Paraíso o la de La Aurora cerca de Florida; y por supuesto desde otros muchos sitios. (Isaacs: María, 1867).
La alta Cordillera Occidental sobre la que está recostada Cali, de Jamundí a Yumbo, con sus tres cerros en primer plano y los Farallones atrás, también es todo un espectáculo desde las partes más alejadas de la misma, o, de manera oblicua, desde su piedemonte. El verde en Cali se tiene en todas partes enfrente; no hay que salir a buscarlo. Y al otro lado del valle está, más alta aun y con nevados que ocasionalmente se pueden ver, está la Codillera Central. (Palacios: El Alférez Real, 1886).
La verde vegetación del valle, grandes guaduales y matas de monte, y la muy variada de sus dos cordilleras, también es de todos los colores como cantó Aurelio Arturo (Morada al Sur, 1963) además exuberante y tan rápida que los grandes árboles crecen pronto, y tanto, que los que desaparecen quedan fijos en la memoria, como los hermosos y enormes samanes de las cinco largas alamedas con que contaba la ciudad. En Cali la vegetación saca la cara por la ciudad. (Caldas: La Flora ornamental Tropical y el Espacio Urbano, l979).
El benigno clima lo es tanto que la gente, desagradecida, se queja sin saber que tres veces al día casi todos los días pasa por la llamada zona de confort, precisamente una temperatura, humedad y presión atmosférica ideales, por lo que cuando cambian se echan de menos. Qué maravilla no tener que usar aire acondicionado ni calefacción y que baste un lento y arrullador ventilador de techo. Y cuando se quiera disfrutar de una chimenea pues en 20 minutos se llega a San Antonio o San Pablo en la Salida al Mar (Olgyay: Clima y Arquitectura en Colombia, 1968).

La entrañable vida en una casa de hacienda (Bessa-Luis: El campo, memoria de las artes, 2004), común hasta hace medio siglo a muchos caleños, se vive aún en ciertas casas de Cali, en las que están presentes las casas de hacienda vallecaucanas, tan importantes en su tradición arquitectónica. Vienen de la almunia de al-Ándalus, casa de campo rodeada de jardines y tierras de labor, que servía al tiempo de vivienda de recreo y residencia permanente. (Barney y Ramírez: La arquitectura de las casas de hacienda del Valle del Alto Cauca, 1994).
Y ya habrá otra ocasión para hablar de otras razones para insistir en Cali, además de sus casas de hacienda, las haciendas, su benigno clima, su verde vegetación, las altas cordilleras y el bello valle del río Cauca. Río que fue, y podría volver a ser, otra razón más. (Patiño: Herr Simmonds y otras historias del Valle del Cauca, 1992).

2. Turismo y recreación.
La Sultana del Valle es una ciudad de grandes espacios para el turismo y la recreación. Desde sitios de valor histórico hasta espacios para la diversión nocturna y diurna, hacen de la ciudad meca del turismo.

Santiago de Cali tiene una importante oferta turística y recreativa, tanto para visitantes como para sus habitantes permanentes. El centro de la ciudad conserva muchas de las construcciones originales de la fundación, y es lugar de museos y teatros para el enriquecimiento cultural. Los barrios San Antonio y Granada presentan atractivo turístico por su arquitectura, geografía y oferta culinaria. Pasando cerca del centro de la ciudad están el río Cali y la avenida Colombia, los cuales ofrecen una ruta muy agradable para caminar, con paradas obligadas en el zoológico, el museo de arte moderno la Tertulia, la fuente y parque El Peñón, el puente Ortiz, la iglesia la Ermita y la Torre de Cali, entre muchas otras.

Pasando el río Cali, en la zona occidental de la ciudad está el Cerro de las Tres Cruces, con una caminada en ascenso de 400m ofrece una vista inigualable de la Ciudad y es lugar frecuente de deportistas y peregrinaciones en Semana Santa. Otro punto que ofrece una vista panorámica de la ciudad es el Cerro de Cristo Rey, el cual tiene en su cima una efigie de 26m de altura con los brazos abiertos muy parecido al Cristo Redentor en el Corcovado de Río de Janeiro (Brasil).

En la zona norte de la ciudad está la Avenida Sexta, famosa entre los caleños por sus clubes nocturnos y discotecas, también hay innumerables centros comerciales entre los que se destaca Chipichape. El sur de la ciudad presenta una oferta muy variada: discotecas y clubes en los alrededores de Imbanaco y el Parque del Perro, muchos centros comerciales entre los que se destacan Palmeto, Cosmocentro, Premier El Limonar, Unicentro, Holguines Trade Center y Jardin Plaza. En el sector entre la calle Quinta y la avenida Roosevelt se encuentra una gran cantidad de centros médicos y de cirugía estética, donde muchos extranjeros y nacionales vienen de «turismo médico», i.e., disfrutan de la ciudad mientras se realizan tratamientos quirúrgicos.

En la zona rural del sur la ciudad está el Corregimiento de Pance (Cali), el cual ofrece estaderos a todo lo largo del río Pance. También en el Corregimiento de Pance está el Parque Nacional Natural de los Farallones de Cali con rutas para ecoturismo, caminantes y montañistas, los destinos más populares son el acampadero El Topacio y Pico de Loro que con 2 800m de altura es un reto a sus visitantes.

El Jardín Botánico de Cali1 está ubicado en el oeste de la ciudad, en la cuenca del río Cali en la comuna 1. Inaugurado en febrero del 2005, el Jardín botánico tiene 10 estaciones temáticas a lo largo de un recorrido de 800m que muestran diferentes ecosistemas y ofrecen diversos servicios al visitante.

El Zoológico de Cali2 es uno de los mejor dotados del país, está ubicado en el oeste de la ciudad sobre el río Cali . El zoológico tiene hábitats que alojan más de 800 animales de 170 especies (80% colombianas), además de acuarios y un mariposario.3

En el noroccidente, en el punto más alto de la vía al mar sobre la Cordillera Occidental se encuentra el Kilómetro 18, un lugar de clima fresco y nublado que es visitado frecuentemente por sus restaurantes que ofrecen comidas y bebidas típicas como: chocolate o aguadepanela calientes con queso, arepas de choclo, sancochos de gallina y tamales vallunos entre muchos otros.

La Feria de Cali es el evento que atrae más visitantes y turistas a la ciudad. Desde 1957 se celebra entre el 25 y 30 de diciembre en eventos dispersos por toda la ciudad, entre los que destacan la Feria Taurina en la Plaza de toros Cañaveralejo, el Reinado Comunero, las Calles de la Feria y el Superconcierto. Muy cerca de Cali, cruzando el río Cauca en el nororiente, se encuentra el Rumbeadero de Juanchito en el municipio de Candelaria, donde la música salsa y la diversión son un lenguaje común.

En cuanto a eventos y convenciones, Cali cuenta con el Centro de Eventos Valle del Pacífico4 en el sector de Arroyohondo entre Cali y Yumbo. Este centro cuenta con capacidad para más de 11 000 personas en varios auditorios, y desde su inauguración es uno de los polos de desarrollo de la región atrayendo negocios, inversión y turismo.
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3. Ríos de Cali.
Introducción
La ciudad de Cali se caracteriza por estar rodeada de siete ríos: Cali, Aguacatal, Santa Rita, Meléndez, Cañaveralejo, Lili y Pance. En los últimos 50 años, seis de ellos han desaparecido por la intervención del hombre, se han convertido en canales de aguas residuales. El rio Pance es el único afluente que ha sobrevivido este proceso. Por generaciones ha sido un lugar de recreación de los habitantes de Cali. Nace en la cordillera occidental, en el parque natural nacional de los farallones, luego de un recorrido de 50 kilómetros desemboca en el rio Jamundí. Alberga un inmenso número de especies de flora y fauna, proporcionando el recurso más preciado, agua, a las pequeñas poblaciones que se habitan en sus inmediaciones.

Actualmente se ve amenazado por diversos factores, donde podemos resaltar tres problemas que comprometen la vida del rio. Primero, el turismo desorganizado. Por ser un lugar de recreación y deporte, el corregimiento de Pance recibe durante los fines de semana una comunidad flotante que representa un incremento considerable en la contaminación por residuos sólidos al afluente. Segundo, la extracción legal e ilegal de material del lecho del rio. Al remover la roca y grava que recubre el lecho arcilloso disminuimos el caudal y propiciamos la evaporación que puede llevar condiciones críticas en periodos de sequía. Las concesiones para extracción se han dado por periodos de hasta 30 años a consorcios privados bajo el control de la CVC. Tercero, El uso de suelo para urbanización o agricultura. El plan de ordenamiento territorial ha sido incapaz de prever el crecimiento de la ciudad y se han destinado zonas de transición (entre la ciudad y las zonas de reserva) para la construcción de conjuntos residenciales. El cambio en el uso de suelos ha derivado en el aumento en los cultivos de caña de azúcar en los márgenes del rio. Para lo cual se desvía hasta un 90% del caudal para irrigar los cultivos y luego es devuelto al cauce con residuos de fertilizantes y pesticidas.

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Río Pance
Ubicación geográfica
Cuenca hidrográfica Océano Atlántico
Nacimiento Farallones de Cali
Desembocadura Río Jamundí
Ubicación administrativa
Dimensiones
Longitud 25 km
Superficie de la cuenca n/d km²
Caudal medio 89,75 m³/s
El río Pance es uno de los principales ríos de Cali (Colombia). Nace en los Farallones de Cali, en el Pico Pance, que es la mayor altura de la Cordillera Occidental a más de 4000 msnm. Tiene más de 25 km de recorrido en dirección Oeste-Este desembocando en el río Jamundí —a su vez, afluente del río Cauca— drenando una cuenca hidrográfica de 89,75 km2.1
El Pance tiene un caudal de 2,59 m³/s a su paso por la estación Comfamiliar Pance. En la parte inicial sus aguas son rápidas, frías y cristalinas, presentando bajos niveles de contaminación.
El río es uno de los principales destinos turísticos de los habitantes de Cali. Desde el Pueblo Pance hasta zona conocida como la Vorágine hay un buen número de restaurantes y parques recreativos.

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Sancocho de gallina
El sancocho de gallina es uno de los platos más tradicionales y apetecidos de la cocina colombiana, sin embargo son muchos paladares que afirman que el sancocho que se prepara especialmente en la región del Valle del Cauca, es el más sabroso y el mejor sancocho del país.
El elemento más importante y primordial para lograr un sancocho perfecto es contar, al momento de prepararlo, con una buena gallina, conseguir una gallina criolla o campesina. Además se debe tener en cuenta que algunos ingredientes como el plátano verde (también recibe el nombre de plátano viche de acuerdo a la región de Colombia en dónde se busque) y la yuca son esenciales, pues son estos los que finalmente le dan el sabor especial al sancocho vallecaucano.
En la región del Valle del Cauca y en la ciudad de Cali, el sancocho es todo un acontecimiento gastronómico, pues tradicionalmente se prepara a la orilla de un río en medio de un día de paseo y diversión, siendo este el sello característico del sancocho vallecaucano, pues este plato es común encontrarlo en todas las regiones del país y aunque de un lugar a otro su preparación cambie un poco, siempre tiene ese sabor delicioso de la cocina colombiana.

LEE 63. Personajes pintorescos

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LEE 63
Contenido.
1. Personaje pintoresco.
2. El Desfile Carnaval del Cali Viejo – Personajes pintorescos.
3. Locura y la cultura popular.
4. En Cali sigue el reinado cultural callejero.
5. Por ahí estaba Riverita
6. Entre cielo y suelo – Metáfora de recuerdos.
7. Otros personajes.

La sucursal del cielo

1. Personajes pintorescos.
¿Qué es un personaje pintoresco? Se dice de los paisajes, escenas, personas, tipos, costumbres y de cuanto puede presentar una imagen peculiar y con cualidades únicas o raras. Pintoresco es un adjetivo. Se puede usar tanto para describir lugares de interés pictórico como para describir personas cuyas costumbres o maneras presentan peculiaridades un tanto estrafalarias…que resulta característico y típico de un lugar, curioso, atractivo, expresivo, estrafalario, chocante.
Como en todas las ciudades, Cali, ha tenido y tiene, personajes que forman parte del folklore, y por esta razón hemos querido dar algunas pinceladas, para que los conozcan aquellos que no tuvieron la oportunidad de hacerlo. Muchos de ellos ya no están con nosotros materialmente pero que a través de fotos podemos conocer algunos.

2. Desfile Carnaval del Cali Viejo – Personajes pintorescos
Alcaldía Santiago de Cali. – Guillermo García Jaramillo.

Cali - Carnavales 1922
cali – Carnaval 1922
Carnavales de Cali 1929
Cali – Carnaval 1929

El Carnaval del Cali Viejo se ha proyectado como un verdadero festival por la vida. Es la representación más aproximada a las tradiciones artísticas y culturales del ancestro citadino.
En él se mezclan las razas que poblaron la región y que dieron origen a los cruces que hoy se conservan como descendientes de las etnias precolombinas: el mestizo, el mulato, el zambo y el trigueño.
En este bello desfile se refleja a la mejor manera, el espíritu festivo de una comunidad que rinde tributo a sus raíces primigenias y que concita a la familia, como la expresión de lo que realmente es la tradición caleña. Se dan cita las tradiciones y costumbres de los indígenas, nativos de estas tierras, que adoraban el sol, la luna y las estrellas; que festejaban sus triunfos en la guerra con flautines de carrizo, cantos que parecían lamentos y que alegraban sus espíritus con chicha preparada con maíz fermentado en vasijas de barro cocido, mientras danzaban alrededor del fuego.
En este Desfile Carnaval del Cali Viejo, encontramos vestigios de la raza europea, representada por los españoles que fundaron la ciudad y que se asentaron en estos andurriales donde, tras la colonización compartieron las distintas facetas de su cultura, con las naturales virtudes y defectos, como la religión, la lengua castellana, la construcción de viviendas al estilo morisco, la afición por la fiesta brava, el baile zapateado, tonadas a manera de zarzuela, el uso de la dulzaina, la guitarra y el consumo de bebidas espirituosas como, el vino, el brandy, la champaña y el whisky.
Se encuentran igualmente, las tradiciones de los negros esclavos, que procedentes de África, fueron comprados en los mercados de Cartagena, para el laboreo en las minas de carbón pero que más tarde, terminaron en los trapiches vinculados al proceso de la caña de azúcar y quienes en sus ratos de descanso, daban rienda suelta a sus expresiones musicales con bongoes y percusión, como marco a sus tonadas ancestrales.
La vida sedentaria de la Cali pastoril se interrumpe en 1836, para recordar el tercer centenario de la fundación de la ciudad y es, cuando aparece por primera vez el ingenio de los caleños, con un desfile de comparsas que incluye monigotes de trapo y papel representando al Diablo y a las langostas, cuya plaga afectó sembrados y jardines por una larga temporada.
En los albores del siglo XX, una Junta Cívica asume la responsabilidad de festejar el primer centenario del Grito Independencia con actos populares, incluido un Desfile de Alegorías, alusivas a personajes y acontecimientos de la ciudad a manera de crítica socarrona a los 400 años de dominación española.
En 1953, un grupo de caleños entusiastas decide con el apoyo del diario “Relator”, despedir el año con un desfile por el centro de la ciudad a las diez de la mañana del 31 de diciembre, constituyéndose en la primera puesta en escena de un Desfile del Cali Viejo.
Se recuerda que un hombre cívico, transportador para más señas, identificado como, Medardo García a quien cariñosamente llamaban, “Mano Pueblo”, organizó desde su residencia en el humilde Barrio Obrero, unos muñecos fabricados con papel periódico molido, que representaban a personajes típicos de la ciudad como, “Paulinota” una gorda descomunal que ejercía la profesión de sobadora: “Yotecuro”, un morocho que se las daba de yerbatero y que pretendía curar todas las enfermedades recetando pócimas de yerbas de jardín; “Boca de Túnel”, obrero de los Ferrocarriles, de férrea dentadura quien sostenía con sus dientes un trozo de caña, del que se colgaban niños y los mecía como si fuesen hojas de papel.
Ese curioso cortejo avanzó por el centro de la ciudad presidido por la “Reina”, Jovita Feijoó, una mujer delgada, garbosa y esbelta como una palmera, que un buen día perdió la razón ilusionada con ser una reina y murió convencida de su reinado, entre las ironías de quienes “le llevaron la corriente”. A su lado, no podía faltar otro personaje folclórico del Cali que se fue, “Pachito” Zorrilla, de caminar cansino y enfundado en su vestido de dril claro, en cuyos bolsillos guardaba pedazos de pandebono y en su mente, la ilusión perdida de ser torero.

De esa manera, nació para la ciudad de Cali un evento típico como el Desfile Carnaval del Cali Viejo, una retoma de las tradiciones y costumbres que penetró a la Feria de Cali, como una de sus grandes atracciones, porque tipifica el sentimiento popular, porque encierra la historia cuajada en la barriada, porque da rienda suelta al folclor urbano, porque refleja la alegría tradicional del caleño y su predisposición para la rumba, el buen humor y la sátira que no hiere, pero que divierte.
Ese Desfile Carnaval del Cali Viejo ha encontrado en Corfecali su verdadera interpretación como exponente natural de la caleñidad y por tanto, todo su apoyo para que no sólo se conserve, sino que alcance mayor dimensión en aspectos fundamentales como su técnica, arte, estética, música, baile, alegría y colorido.

3. Locura y la cultura popular
Por Jenna Gottschalk.
En «Etnocidio y locura», Carlos Ernesto Pinzón y Rosa Suarez analizan la locura como un cruzamiento de un saber psiquiátrico y una cultura de los locos (ambos se consideran construcciones culturales). El análisis se basa las investigaciones que hicieron Pinzón y Suarez en los hospitales siquiátricos de Bogotá entre los años 1974 y 1976.
Aunque la historia de Jovita Feijoó no tiene nada que ver con los hospitales o los tratamientos psiquiátricos, este ensayo nos ayuda entender la fama de Jovita a través de una mirada sobre la locura en la cultura popular. Jovita ganó mucha fama en Cali porque la gente le consideraba «loca». Ella pretendía que era la reina de Cali, y vestía como reina y caminaba las calles de Cali.
El caso de Jovita me llama mucha la atención porque no entiendo como una persona «loca» se convierte un personaje pintoresco de la cultura popular. Desde mi experiencia, los ¨locos¨ se consideran enfermos y estigmatizados. Las enfermedades mentales son vergonzosas y la sociedad evita a las personas que sufren de ellas. Sin embargo, en Cali y en otras ciudades latinoamericanas, estos personajes «locos» se hacen una parte querida de la cultura popular. En vez de rechazar, la sociedad acepta y cuida a estas personas «locas».
Pinzón y Suarez explican que la locura es una construcción cultural. Por lo tanto, la concepción y el tratamiento de las enfermedades mentales son propios a la cultura en que se generan. Entonces, la reacción de los caleños frente a la percibida locura de Jovita se puede mostrar ciertas dinámicas y características de la cultura caleña. También, Pinzón y Suarez escriben sobre la cultura popular de los ¨locos.¨ Esta sección del texto refiere a una cultura propia a las personas que se consideran locos.

4. En Cali sigue el reinado cultural callejero.
El Pueblo – 11 de agosto 2014
Jovita y otros.

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El loco guerra
Chaplin
Chaplin

Inmemorables personajes han transitado por las calles y avenidas de Santiago de Cali, protagonistas en el libro histórico de la ciudad. A falta de aquellos personajes urbanos que protagonizaron la historia de la capital vallecaucana en la década del setenta, han surgido otras personas que se han ganado de nuevo el corazón de sus habitantes.
Hacia los años treinta, entre cañaduzales, música y flores, en Bolo Alisas (Palmira, Valle) nació Jovita Feijóo, sin saber que se convertiría, más adelante, en un ícono popular. Los primeros acercamientos de Feijóo con el público ocurrieron a finales de la misma década, en un programa radial denominado ‘La hora de los aficionados’, dirigido por Hernando Bueno.
Para la misma época aquella muchacha escuálida y de ojos claros, convencida de tener talento para el canto, probó suerte de nuevo en la emisora La Higueroína, ubicada en la Plaza de Caicedo. Sin ser aceptada de buenas a primeras, a Feijoó la invitarían de nuevo.
Era apenas una jovencita de tan sólo 15 años de edad, de tez blanca y personalidad alegre. Usaba trajes largos de color blanco. Muy temprano empezó a ser admirada por los caleños, quienes preguntaban en cada rincón de la urbe por ella. Durante sus largas jornadas de caminata iba haciendo amistades y se convirtió en la dama más querida de Cali.
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8. Por ahí estaba Riverita

Riverita
Riverita

Recién llegados al Valle del Cauca, la gente exponía cuentos de “Riverita”, peluquero famoso de Cali, no por maricón sino por mentiroso, entretenía a sus clientes con relatos de sus aventuras, narraba cuando peleó con tres leones y una leona colimocha en su Safari en el África.
Hablaba de su gran fama en aquel viaje en verano europeo cuando visitó El Vaticano, presenció un desfile cardenalicio y un prelado colombiano le presentó al Santo Padre, “Riverita” dizque acompañó al Papa Pablo VI durante 18 kilómetros desde Roma a Castengandolfo.
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6. Entre cielo y suelo – Metáfora de recuerdos
Jovita Feijoo, Eugenio “El loco” Guerra y Riverita, serán siempre parte del carnaval eterno por las calles de Cali, reflejo de una memoria que se resiste a partir cuando el sol se oculta entre cielo y suelo.
Rene Alejandro Salazar Jiménez. – Estudiante Lic. En Literatura
Cali construyo su memoria de ciudad con aquellos personajes que hace tiempo atrás recorrieron sus calles. Hoy es una urbe de caminatas nostálgicas, metáfora de recuerdos y añoranzas reflejo de un paraíso perdido que quizás nunca existió. Andrés Caicedo en su obra Angelitos Empantanados vaticinaba la pérdida: “Maldita sea, Cali es una ciudad que espera, pero no le abre las puertas a los desesperados”.
La reina eterna de Cali Jovita Feijoo, nació en el corregimiento del Bolo Alizal, municipio de Palmira, un 6 de junio de 1910 y falleció en Cali el 15 de julio de 1970. Llegó a la capital del Valle como empleada doméstica de una familia de judíos, era una mujer carismática y muy elegante a quien se le veía lucir ajuares completos de un mismo tono, nunca le faltaban los collares y pulseras, grandes, llamativos y de muchas vueltas.
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7.Otros personajes.
Ernesto Bustamante o ‘Pellejera’, un reconocido calígrafo entre las notarías de la ciudad quien en medio de los tragos de aguardiente volvió famoso el ¡Viva Cali, Chipichape y Yumbo!
“La mirla”, el hombre del cabello de rojo y trajes andaluces, Agustín González, quien entre 1918 y 1925 puso de moda la expresión TKPO (te capo).

Algunas de las fotografias aqui publicadas son tomadas del magnifico sitio web (facebook): Fotos antiguas de Santiago de Cali. A ellos, felicitaciones por su labor en pos de la cultura caleña.