LEE 73. Gente, costumbres y celebraciones

Convencidos que una de las acciones para crear «sentido de pertenencia» por lo nuestro en la sociedad,es divulgar nuestras constumbres; LEE continua difundiendolas.

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LEE 73
Contenido:
1. GENTE Y COSTUMBRES
Tradición de una tierra hecha por su población.
La población: futuro del valle.
2. A CADA SANTO UNA VELA.
El día de las velitas o noche de las velitas.
Baño en el río. Y, paseo de olla
De baile y diversión – Sabe el Valle
Sangre y arena.
Pelea de gallos.
Las faenas.
Ahijados y macetas.
3. LA FERIA DE CALI, UNA HISTORIA DE MÚSICA Y JOLGORIO
4. MANJARBLANCO – UN POCO DE HISTORIA

1. GENTE Y COSTUMBRES
Tradición de una tierra hecha por su población.
Más que una hermosa tierra digna de querer. El Valle es su gente, sus costumbres y tradiciones, su variada gastronomía, su cultura particular. El Valle es hogar de todos. De propios que la forjan y de forasteros que la admiran.
Hoy es una región densamente poblada, urbanizada, transformada por las múltiples influencias recibidas, que poco o nada se parece a la región de hace un siglo. Pero, pese a los cambios, en su corazón cultural todavía palpita el espíritu mulato, afrohispánico, que le dio origen y le sigue marcando el rumbo. De allí su riqueza artística, sus variados tipos humanos y sus singulares productos culturales, lo que, sumado a su exuberante geografía tropical, le otorga un enorme potencial turístico.
La población: futuro del valle.
Hoy el Valle del Cauca, un crisol de etnias, culturas y clases sociales, continúa creciendo, continúa recibiendo emigrantes desplazados por otras violencias, pero en esta ocasión los frentes de trabajo que absorvan la mano de obra que afluye son más escasos y los servicios públicos, las escuelas y los hospitales son insuficientes, no dan abasto. Hemos creado un mundo complejo, multicultural y multitudinario que necesita, para que se dé otra oleada de desarrollo similar a la vivida a partir de comienzos del siglo XX, poner en movimiento el excedente de fuerza laboral que hay en su población, y que millones de vallecaucanos contribuyan de nuevo a la grandeza del país y al bienestar de la colonia.

2. A CADA SANTO UNA VELA.
De fiestas y celebraciones sacras es de lo que saben los vallunos. El culto a Dios, la invocación a los santos e incluso los ruegos al diablo forman parte de sus tradiciones. No hay un solo pueblo de la comarca que no celebre a su santo patrón, realice procesiones con las imágenes en andas, les rece a sus muertos, inunde de flores los altares al final convierta en una fiesta cada conmemoración religiosa. En la mayoría de las poblaciones ubicadas en el valle del río Cauca y en la zona montañosa de la región se conservan las costumbres heredadas de los colonizadores españoles, con todo su rigor y solemnidad. Las fiestas religiosas son motivo de reunión para familias y comunidades que participan de lleno en sus preparativos y en su realización. Hay ocasiones especiales como la Semana Santa donde las calles se inundan de feligreses que acompañan cada día las procesiones que conmemoran la muerte y resurrección de Jesucristo.
Celebración de la vida.
De lo sacro a lo pagano hay un paso casi imperceptible, el Valle sí que lo sabe. Así como se honra a Dios, a los santos y a la muerte, se celebra a la vida, se tributa a la tierra y al agua, se exalta la belleza y el empuje de sus gentes, se le hace honor a la música, se convida a los ausentes. Todo, al fin y al cabo es una fiesta popular, ya sea espiritual, lúdica o comercial.

El día de las velitas o noche de las velitas.

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El día de las velitas o noche de las velitas es una de las festividades más tradicionales de Colombia, con la que se celebra la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
El festejo varía según las regiones del país, pero generalmente empieza desde la noche del 7 hasta la madrugada del 8 de diciembre, con el encendido de faroles y velas que iluminan calles, centros comerciales y hogares de pueblos y ciudades. Esta celebración marca el principio de las fiestas navideñas en el país.
El día de las velitas se celebra en Colombia como vigilia de la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, el dogma fue proclamado así por el Papa Pío IX en la bula Ineffabilis Deus el 8 de diciembre de 1854:
El Papa Pío IX en la Bula Ineffabilis Deus, del año 1854 proclamó:
…Para honra de la Santísima Trinidad, para la alegría de la Iglesia Católica, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, con la de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra: Definimos, afirmamos y pronunciamos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original desde el primer instante de su concepción, por singular privilegio y gracia de Dios Omnipotente, en atención a los méritos de Cristo-Jesús, Salvador del género humano, ha sido revelada por Dios y por tanto debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles. Por lo cual, si alguno tuviere la temeridad, lo cual Dios no permita, de dudar en su corazón lo que por Nos ha sido definido, sepa y entienda que su propio juicio lo condena, que su fe ha naufragado y que ha caído de la unidad de la Iglesia y que si además osare manifestar de palabra o por escrito o de otra cualquiera manera externa lo que sintiere en su corazón, por lo mismo quedan sujetos a las penas establecidas por el derecho.

En estos primeros días de Adviento, en que se respira ya aires de Navidad por el decoro de las calles y hogares, todos buscan comprar una buena cantidad de velitas o faroles. Y es que llega el 7 de diciembre, llega la Noche de las Velitas.

Las nuevas generaciones de colombianos han perdido el significado de esta celebración y siendo un acto de fe y piedad mariana, lamentablemente se ha convertido en un motivo más para pasar el rato. Sin embargo, nunca es tarde para evangelizar ni rescatar aquellos valores propios de nuestra cultura.
La noche de las velitas más allá de ser una ocasión para reunirnos en familia y compartir con los amigos del barrio, es un encuentro de profundas raíces católicas en la que todos nos unimos a conmemorar la proclamación del Dogma de su Inmaculada Concepción.

Se trata pues de una festividad muy tradicional en Colombia, que profundamente mariana, confía en la intercesión de Su Madre que concebida inmaculada merece la gratitud de sus hijos.

Es por ello que con un corazón grato y confiando en su intercesión la Conferencia Episcopal Colombiana ha publicado una guía para orar por la paz y la armonía.
La Inmaculada Concepción

La Iglesia Universal celebra todos los 8 de diciembre la Fiesta de la Inmaculada Concepción, día en que fue promulgado el dogma.

Desde ese día de fiesta, comentan la CEC “los cristianos católicos encendieron luces en todas las partes del mundo para significar que nosotros nos dejamos iluminar por Dios, como lo hizo María para cumplir su voluntad, nuestras familias colombianas mantienen esta tradición de reunirse en la noche de las vísperas de la celebración de la Inmaculada Concepción para encender las velitas y pedir a la Santísima Virgen su compañía y protección”.

Baño en el río. Y, paseo de olla

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Baño en Rio Pance

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El baño en el río es para los vallunos una costumbre que persiste o de ollaresulta ideal para hacer el paseo. La olla no puede faltar para preparar un sancocho de gallina en fogón de leña que sirva para levantar el ánimo a los convidados.

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Paseo de olla

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

De baile y diversión – Sabe el Valle

bailandoEl baile distingue a los vallunos. Es su manera de expresarse y forma parte de su identidad. Sean hombres o mujeres. Del Pacífico o de las Llanuras, todos parecen tener una disposición innata para mover el cuerpo al son de la música. Como todo en la región no se podría esperar otra cosa debido a la mixtura racial y cultural de su gente. Niños, jóvenes, adultos ancianos han bailado con frenesí desde tiempos memoriales, ya sean bambucos y pasillos, o salsa y pachanga.

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Chango

 

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Rumbodromo

 

Sangre y arena.

Con la llegada de los colonizadores europeos al Nuevo Reino, arribaron también plaza-toros-calicostumbres como las riñas de gallos y las corridas de toros. En el Valle se arraigaron de tal manera que es uno de los territorios galleros de país y su fiesta brava se ha convertido en una de las más importantes del continente. Hoy forman parte de las celebraciones más importantes.

Pelea de gallos.

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Riña de gallos

 

La cría de gallos finos de pelea se convirtió en un arte y6 hoy todos los pueblos vallecaucanos cuentan con al menos un gallera en la que se congregan a diario jugadores, apostadores y espectadores que rematan con fiesta una vez terminadas las corridas. De tal importancia es la fiesta gallera para la región, que a sus escenarios se han trasladado las “pugnas” regionalistas entre antioqueños y vallunos buscando el liderazgo nacional de las competencias.

Las faenas.

En Cali, a mediados del siglo pasado, la lidia de toros se convirtió en la médula espinal de su feria decembrina. Los otros eventos giraban en torno a la fiesta brava, incluida la rumba que se formaba en los remates de corrida. De hecho, sigue considerándose una de las mejores temporadas de América junto a la de Manizales. Aunque hoy las corridas de toros siguen siendo importantes en medio de la feria y congregan aún a miles de visitantes de otros lugares del país y de Iberoamérica, se ha distanciado del resto de las celebraciones que se realizan en la capital vallecaucana en el marco de esas festividades.

Ahijados y macetas.

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Macetas

 

Una tradición única en el Valle de Cauca es la de las macetas. Se trata de una colección de figuritas hechas de azúcar, montadas sobre un palo de maguey y adornadas con ringletes y papelillos de colores. Desde finales del siglo XIX la maceta se instituyó como el regalo de padrinos y ahijados en su día, que se celebra el 29 de junio. Al parecer las macetas formaban parte de un conglomerado de actividades, que incluían juegos y cuentos, con los que se celebraba además la llegada del verano y as fiestas de San Pedro y San Pablo el 28 y 29 de junio. Su incorporación a las tradiciones regionales se dio a la par con la llegada de la caña de azúcar. Algunos historiadores aseguran que la costumbre se tomó de los esclavos negros que trabajaban en las plantaciones, quienes formaban un melao blanco de azúcar con el cual moldeaban figuras con las que representaban sus vivencias.


3. LA FERIA DE CALI, UNA HISTORIA DE MÚSICA Y JOLGORIO

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Feria de Cali – Celebración –

 

Santiago de Cali, ciudad cívica por excelencia, cuenta entre sus atracciones más influyentes, con la feria de Cali, famosa por su espectáculo de colorido y un ambiente donde la cultura y la rumba hacen de las suyas.

Los comienzos de la Feria datan después de un suceso trágico en la historia caleña. En 1956, siete camiones que contenían explosivos para el ejército, explotan en el sector aledaño al centro, y mueren alrededor de 110 personas.

Un año después en 1957, ocurre un evento que dispersó la tristeza de los ciudadanos, dándole un giro notorio a la vida de la ciudad. De repente en Cali, una ciudad incipiente que empezaba a destacarse por un desarrollo cultural que la marcaría en las siguientes décadas, se inaugura la primera Feria de la Caña de azúcar.

En ese entonces la Feria se llamó Feria de la Caña, precisamente porque esta fue desde siempre el principal producto que facilitó el polo de desarrollo de la región, y en honor a esta semblanza, se quiso rendir homenaje al principal mérito económico del departamento.

Fue el Gobernador del Valle de esa época, Absalón Fernández, quién patrocinó la idea de crear una Feria y con el apoyo de los políticos y periodistas más influyentes, se embarcó en un proyecto de dimensiones económicas y culturales que daría una nueva oportunidad a la ciudad. La de la caña, o de Cali también, desde los primeros años se caracterizó por ofrecer una serie de eventos, entre los que se contaban presentaciones musicales, de múltiples orquestas, más un reinado de belleza popular, una cabalgata, desfiles de muestras culturales; muestras de actos artísticos en sitios que se adecuaban para la realización, y una serie de eventos a nivel público y privado que denotaban la máxima expresión de la idiosincrasia vallecaucana.

En su versión número uno, la Feria duró 40 días seguidos, ejemplo de un éxito insuperable que marcaría un hito histórico. En esa primera ocasión acudieron artistas y personajes de talla nacional e internacional. Del evento participaron importantes figuras del mundo de la farándula, la política, y el ambiente taurino. Entre ellos estuvieron presentes, la Reina de belleza de Colombia, y personajes destacados de los medios colombianos y del exterior.

Como parte de la celebración, los organizadores crearon premios para los participantes en la Temporada Taurina, y dejaron al público la elección de la canción de la Feria, que se seleccionaba entre un amplio grupo de composiciones.

A partir de su inauguración, la Feria de Cali tomó fuerza en los años siguientes, en la medida en que los espectáculos cobraron vida con la novedad de los eventos, con una riqueza cultural que engalanaba las presentaciones y la amplia gama de folclore y manifestaciones no sólo artísticas como de costumbres que se evidenciaban.

A lo largo de su historia, la Feria de Cali ha estado llena de visitas memorables y uno que otro acontecer que marcó la diferencia. Uno de los tópicos más importantes es la calidad de artistas de talla internacional, de música salsa y música bailable y a veces rock, han asistido a este evento. Entre ellos se rememora a Celia Cruz, La Billios caracas Boys, Nelson y sus estrellas, La Gran Banda Caleña, Richie Rey y Bobbie Cruz, El Grupo Niche, La Sonora Matancera; Lucho Bermúdez, Piper Pimienta, diversas agrupaciones de los años sesenta cuando el go gó era la tendencia y muchas otras bandas tropicales y populares que, según la década, marcaron la pauta en la rumba caleña.

No sólo la fiesta y la cultura han caracterizado a la Feria. La comida juega un papel importante y siempre se daba lugar al montaje de las tascas, puestos de comida tradicional ubicados en algunos sectores. Estas son la representación pura de la exquisita gastronomía vallecaucana. Así como hoy, desde hace 50 años en cada Feria, se sentía en cada rincón de la ciudad el olor de la comida típica, la fritanga, las empanada, y una gran variedad de alimentos típicos y famosos por deleitar el paladar de los visitantes. Y como no, el aguardiente, legado que Colón dejara a su paso por América, que dio frutos precisamente en los valles del departamento.

Otros aspectos que se perciben actual y anteriormente en la Feria son el baile, la fiesta, la amabilidad de sus habitantes, en todo su esplendor que hacía y hacen gala de esta festividad. A esto se sumó en ese entonces, la alegría decembrina que apoyó al evento y hace parte del andamiaje de la Feria. Entonces toda la ciudad esperaba que fuera fin de año no sólo para gozar de la navidad, sino también para vivir nuevamente la Feria.

Lógicamente en el evento, se han ido incorporando diferentes actividades y espectáculos que dan nuevas expectativas a la Feria, por ejemplo, un año después de la primera Feria de Cali, las autoridades municipales permitieron que se represara una parte del río Cali, para así poder realizar paseos en góndolas, actividad que hoy en día nunca hubiera sido imaginada. Por ejemplo, La apertura del evento el 25 de Diciembre con la cabalgata sólo se instauró desde 1962, en ese mismo año y precisamente como parte de la Feria se realizó el primer alumbrado público; las calles y los parques caleños fueron adornados con más de 15.000 bombillas.

En 1965, 1967, 1969 y 1970 el Deportivo Cali ganó el torneo de fútbol profesional Colombiano, lo que le dio más fuerza aún a la Feria de Cali institucionalizando así el famoso «Pachito E’che» disco de moda de la época. Y en el 71 con la realización de los Juegos Panamericanos, se creó el Reinado Panamericano, que tiene lugar actualmente. En el 74 se instauraron las presentaciones de bailarines de salsa como parte del espectáculo. En el 78 se da paso a los Grupos Folclóricos, y en ese mismo año se toma la costumbre de la usanza del sombrero, bota y almohadillas, como insignias típicas de la tradicional Feria.

A lo largo de su desarrollo, la Feria se ve impulsada por nuevas ideas sobre que fortalecen su fama e importancia. Y es que en la realización de la Feria no se deja do un sólo cabo suelto. Todos los eventos apuntan a una diversidad increíble que lleva a que más público pueda participar de ella. La Feria no se ha reducido a la fiesta y la música. Como se mencionó antes, cada suceso, como un campeonato futbolístico o una actividad novedosa de carácter nacional, son ejes que consolidan a la Feria de Cali.

De alguna forma siempre la Feria de Cali que concuerda con la celebración de fin de año, se ve reforzada por otros aconteceres que, si bien fueron o no programados por los organizadores, dieron pie a mucha más afluencia de público y a un mayor despliegue cultural.

Hoy por hoy el ambiente de la Feria continúa con el mismo cronograma de todos los años; El Superconcierto, el encuentro de melómanos y coleccionistas de música salsa; presentaciones de las orquestas más importantes de Cuba y el Caribe, el desfile de carros antiguos, las tascas ubicadas en sectores estratégicos de la ciudad, la feria comunera, la chiquiferia, el desfile de Cali viejo, y por supuesto, la cabalgata. También los eventos privados de rumba para todos los gustos en las discotecas de Juanchito, Avenida sexta, el sector de Menga, con los artistas más cotizados, hacen que la Feria de la caña tenga un volumen de público que crece año tras año.

Vale la pena asistir y disfrutar de todas las manifestaciones culturales que presenta Cali, su Feria y su gente haciendo de ésta: la Feria de Cali, la mejor de América.

4. MANJARBLANCO – UN POCO DE HISTORIA

Manjar blanco
Manjar blanco

 

La historia se remonta al menos a principios del siglo XIII con un plato llamado Blanc Mengier (plato blanco) en francés antiguo. De ahí pasó a llamarse blanc manger en francés, blancmange en inglés, bianco mangiare en italiano y manjar blanco en español, por la vía de Cataluña.

Se supone que todo comenzó con la llegada del arroz y las almendras a Europa de la mano de los árabes. Curiosamente, las primeras recetas de blanc mengier son una preparación de carne de ave desmenuzada en una leche de almendras hecha con almendras y caldo de ave y espesada con arroz cocido, y luego especiada y endulzada. Suena extraño, pero no lo es tanto. Un postre típico de Turquía (que reporta origen romano) es el Tavuk göğsü, budín de leche y carne de pollo, al que se le da consistencia con arroz u otros espesantes.

Este blanc mengier era un plato de altísima cocina, digna de reyes, y también un plato adecuado para dieta de enfermos. Con el tiempo, aparte de ser teñido (con lo que deja de ser blanco) pasaron a desarrollarse una serie de variantes, reemplazando la leche de almendras por leche de vaca, filtrando el caldo de carne dejando la carne fuera del plato final y utilizando una serie de espesantes distintos. En el siglo XIX el pollo ya estaba totalmente fuera de la receta y el blanc manger era derechamente un postre, con o sin almendras.

Esta es una receta muy simple, adaptada de un recetario inglés de 1915 que utiliza harina de trigo y maicena como espesantes. Por favor notemos que no tiene nada que ver con nuestro tan apreciado manjar blanco que es dulce de leche, y tiene un parentesco mucho mayor con –por ejemplo– la Panna Cotta italiana.

LEE 64. Razones para vivir en Cali. Turismo – Pance

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Contenido:
1. Razones para vivir en Cali – Lo prometido.
2. Turismo y recreación.
3. Ríos de Cali – Pance
El club popular- Imágenes
Sancocho de olla – Imágenes

La basura es tuya, recógela.

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Rio Pance – Basura

Alto a la desforestación

 

 

 

 

 

1. Razones para vivir en Cali
Lo prometido
Por: Benjamín Barney

Son cinco las razones para insistir en vivir Cali: el bello valle, la alta cordillera, la verde vegetación y su benigno clima, amén de una entrañable querencia en alguna hacienda; y hay otras más, claro. De todas ya se ha hablado en esta columna más vale la pena repetirlas juntas.
El bello valle del río Cauca es tan amplio y llano; recorrer su vías y caminos o verlo desde sus dos piedemontes es un placer. Cali se ve hasta bonita desde la capilla de San Antonio, aun más desde el mirador de Belalcázar y ya es todo un espectáculo desde la Vuelta del Cerezo en la Salida al Mar, donde apenas asoma pero con el valle al fondo y atrás la Cordillera Central. Y desde ésta se pueden ver sus atardeceres en la casa de la Sierra de El Paraíso o la de La Aurora cerca de Florida; y por supuesto desde otros muchos sitios. (Isaacs: María, 1867).
La alta Cordillera Occidental sobre la que está recostada Cali, de Jamundí a Yumbo, con sus tres cerros en primer plano y los Farallones atrás, también es todo un espectáculo desde las partes más alejadas de la misma, o, de manera oblicua, desde su piedemonte. El verde en Cali se tiene en todas partes enfrente; no hay que salir a buscarlo. Y al otro lado del valle está, más alta aun y con nevados que ocasionalmente se pueden ver, está la Codillera Central. (Palacios: El Alférez Real, 1886).
La verde vegetación del valle, grandes guaduales y matas de monte, y la muy variada de sus dos cordilleras, también es de todos los colores como cantó Aurelio Arturo (Morada al Sur, 1963) además exuberante y tan rápida que los grandes árboles crecen pronto, y tanto, que los que desaparecen quedan fijos en la memoria, como los hermosos y enormes samanes de las cinco largas alamedas con que contaba la ciudad. En Cali la vegetación saca la cara por la ciudad. (Caldas: La Flora ornamental Tropical y el Espacio Urbano, l979).
El benigno clima lo es tanto que la gente, desagradecida, se queja sin saber que tres veces al día casi todos los días pasa por la llamada zona de confort, precisamente una temperatura, humedad y presión atmosférica ideales, por lo que cuando cambian se echan de menos. Qué maravilla no tener que usar aire acondicionado ni calefacción y que baste un lento y arrullador ventilador de techo. Y cuando se quiera disfrutar de una chimenea pues en 20 minutos se llega a San Antonio o San Pablo en la Salida al Mar (Olgyay: Clima y Arquitectura en Colombia, 1968).

La entrañable vida en una casa de hacienda (Bessa-Luis: El campo, memoria de las artes, 2004), común hasta hace medio siglo a muchos caleños, se vive aún en ciertas casas de Cali, en las que están presentes las casas de hacienda vallecaucanas, tan importantes en su tradición arquitectónica. Vienen de la almunia de al-Ándalus, casa de campo rodeada de jardines y tierras de labor, que servía al tiempo de vivienda de recreo y residencia permanente. (Barney y Ramírez: La arquitectura de las casas de hacienda del Valle del Alto Cauca, 1994).
Y ya habrá otra ocasión para hablar de otras razones para insistir en Cali, además de sus casas de hacienda, las haciendas, su benigno clima, su verde vegetación, las altas cordilleras y el bello valle del río Cauca. Río que fue, y podría volver a ser, otra razón más. (Patiño: Herr Simmonds y otras historias del Valle del Cauca, 1992).

2. Turismo y recreación.
La Sultana del Valle es una ciudad de grandes espacios para el turismo y la recreación. Desde sitios de valor histórico hasta espacios para la diversión nocturna y diurna, hacen de la ciudad meca del turismo.

Santiago de Cali tiene una importante oferta turística y recreativa, tanto para visitantes como para sus habitantes permanentes. El centro de la ciudad conserva muchas de las construcciones originales de la fundación, y es lugar de museos y teatros para el enriquecimiento cultural. Los barrios San Antonio y Granada presentan atractivo turístico por su arquitectura, geografía y oferta culinaria. Pasando cerca del centro de la ciudad están el río Cali y la avenida Colombia, los cuales ofrecen una ruta muy agradable para caminar, con paradas obligadas en el zoológico, el museo de arte moderno la Tertulia, la fuente y parque El Peñón, el puente Ortiz, la iglesia la Ermita y la Torre de Cali, entre muchas otras.

Pasando el río Cali, en la zona occidental de la ciudad está el Cerro de las Tres Cruces, con una caminada en ascenso de 400m ofrece una vista inigualable de la Ciudad y es lugar frecuente de deportistas y peregrinaciones en Semana Santa. Otro punto que ofrece una vista panorámica de la ciudad es el Cerro de Cristo Rey, el cual tiene en su cima una efigie de 26m de altura con los brazos abiertos muy parecido al Cristo Redentor en el Corcovado de Río de Janeiro (Brasil).

En la zona norte de la ciudad está la Avenida Sexta, famosa entre los caleños por sus clubes nocturnos y discotecas, también hay innumerables centros comerciales entre los que se destaca Chipichape. El sur de la ciudad presenta una oferta muy variada: discotecas y clubes en los alrededores de Imbanaco y el Parque del Perro, muchos centros comerciales entre los que se destacan Palmeto, Cosmocentro, Premier El Limonar, Unicentro, Holguines Trade Center y Jardin Plaza. En el sector entre la calle Quinta y la avenida Roosevelt se encuentra una gran cantidad de centros médicos y de cirugía estética, donde muchos extranjeros y nacionales vienen de «turismo médico», i.e., disfrutan de la ciudad mientras se realizan tratamientos quirúrgicos.

En la zona rural del sur la ciudad está el Corregimiento de Pance (Cali), el cual ofrece estaderos a todo lo largo del río Pance. También en el Corregimiento de Pance está el Parque Nacional Natural de los Farallones de Cali con rutas para ecoturismo, caminantes y montañistas, los destinos más populares son el acampadero El Topacio y Pico de Loro que con 2 800m de altura es un reto a sus visitantes.

El Jardín Botánico de Cali1 está ubicado en el oeste de la ciudad, en la cuenca del río Cali en la comuna 1. Inaugurado en febrero del 2005, el Jardín botánico tiene 10 estaciones temáticas a lo largo de un recorrido de 800m que muestran diferentes ecosistemas y ofrecen diversos servicios al visitante.

El Zoológico de Cali2 es uno de los mejor dotados del país, está ubicado en el oeste de la ciudad sobre el río Cali . El zoológico tiene hábitats que alojan más de 800 animales de 170 especies (80% colombianas), además de acuarios y un mariposario.3

En el noroccidente, en el punto más alto de la vía al mar sobre la Cordillera Occidental se encuentra el Kilómetro 18, un lugar de clima fresco y nublado que es visitado frecuentemente por sus restaurantes que ofrecen comidas y bebidas típicas como: chocolate o aguadepanela calientes con queso, arepas de choclo, sancochos de gallina y tamales vallunos entre muchos otros.

La Feria de Cali es el evento que atrae más visitantes y turistas a la ciudad. Desde 1957 se celebra entre el 25 y 30 de diciembre en eventos dispersos por toda la ciudad, entre los que destacan la Feria Taurina en la Plaza de toros Cañaveralejo, el Reinado Comunero, las Calles de la Feria y el Superconcierto. Muy cerca de Cali, cruzando el río Cauca en el nororiente, se encuentra el Rumbeadero de Juanchito en el municipio de Candelaria, donde la música salsa y la diversión son un lenguaje común.

En cuanto a eventos y convenciones, Cali cuenta con el Centro de Eventos Valle del Pacífico4 en el sector de Arroyohondo entre Cali y Yumbo. Este centro cuenta con capacidad para más de 11 000 personas en varios auditorios, y desde su inauguración es uno de los polos de desarrollo de la región atrayendo negocios, inversión y turismo.
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3. Ríos de Cali.
Introducción
La ciudad de Cali se caracteriza por estar rodeada de siete ríos: Cali, Aguacatal, Santa Rita, Meléndez, Cañaveralejo, Lili y Pance. En los últimos 50 años, seis de ellos han desaparecido por la intervención del hombre, se han convertido en canales de aguas residuales. El rio Pance es el único afluente que ha sobrevivido este proceso. Por generaciones ha sido un lugar de recreación de los habitantes de Cali. Nace en la cordillera occidental, en el parque natural nacional de los farallones, luego de un recorrido de 50 kilómetros desemboca en el rio Jamundí. Alberga un inmenso número de especies de flora y fauna, proporcionando el recurso más preciado, agua, a las pequeñas poblaciones que se habitan en sus inmediaciones.

Actualmente se ve amenazado por diversos factores, donde podemos resaltar tres problemas que comprometen la vida del rio. Primero, el turismo desorganizado. Por ser un lugar de recreación y deporte, el corregimiento de Pance recibe durante los fines de semana una comunidad flotante que representa un incremento considerable en la contaminación por residuos sólidos al afluente. Segundo, la extracción legal e ilegal de material del lecho del rio. Al remover la roca y grava que recubre el lecho arcilloso disminuimos el caudal y propiciamos la evaporación que puede llevar condiciones críticas en periodos de sequía. Las concesiones para extracción se han dado por periodos de hasta 30 años a consorcios privados bajo el control de la CVC. Tercero, El uso de suelo para urbanización o agricultura. El plan de ordenamiento territorial ha sido incapaz de prever el crecimiento de la ciudad y se han destinado zonas de transición (entre la ciudad y las zonas de reserva) para la construcción de conjuntos residenciales. El cambio en el uso de suelos ha derivado en el aumento en los cultivos de caña de azúcar en los márgenes del rio. Para lo cual se desvía hasta un 90% del caudal para irrigar los cultivos y luego es devuelto al cauce con residuos de fertilizantes y pesticidas.

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Río Pance
Ubicación geográfica
Cuenca hidrográfica Océano Atlántico
Nacimiento Farallones de Cali
Desembocadura Río Jamundí
Ubicación administrativa
Dimensiones
Longitud 25 km
Superficie de la cuenca n/d km²
Caudal medio 89,75 m³/s
El río Pance es uno de los principales ríos de Cali (Colombia). Nace en los Farallones de Cali, en el Pico Pance, que es la mayor altura de la Cordillera Occidental a más de 4000 msnm. Tiene más de 25 km de recorrido en dirección Oeste-Este desembocando en el río Jamundí —a su vez, afluente del río Cauca— drenando una cuenca hidrográfica de 89,75 km2.1
El Pance tiene un caudal de 2,59 m³/s a su paso por la estación Comfamiliar Pance. En la parte inicial sus aguas son rápidas, frías y cristalinas, presentando bajos niveles de contaminación.
El río es uno de los principales destinos turísticos de los habitantes de Cali. Desde el Pueblo Pance hasta zona conocida como la Vorágine hay un buen número de restaurantes y parques recreativos.

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Pance – Paseo de olla.

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Sancocho de gallina
El sancocho de gallina es uno de los platos más tradicionales y apetecidos de la cocina colombiana, sin embargo son muchos paladares que afirman que el sancocho que se prepara especialmente en la región del Valle del Cauca, es el más sabroso y el mejor sancocho del país.
El elemento más importante y primordial para lograr un sancocho perfecto es contar, al momento de prepararlo, con una buena gallina, conseguir una gallina criolla o campesina. Además se debe tener en cuenta que algunos ingredientes como el plátano verde (también recibe el nombre de plátano viche de acuerdo a la región de Colombia en dónde se busque) y la yuca son esenciales, pues son estos los que finalmente le dan el sabor especial al sancocho vallecaucano.
En la región del Valle del Cauca y en la ciudad de Cali, el sancocho es todo un acontecimiento gastronómico, pues tradicionalmente se prepara a la orilla de un río en medio de un día de paseo y diversión, siendo este el sello característico del sancocho vallecaucano, pues este plato es común encontrarlo en todas las regiones del país y aunque de un lugar a otro su preparación cambie un poco, siempre tiene ese sabor delicioso de la cocina colombiana.